La Policía aconseja que se adopten medidas cautaleras contra el extesorero desleal
Se está riendo de todo el mundo y especialmente de Mariano Rajoy, que fue quien lo avaló, cuando las sospechas de la UDEF se cernían sobre él y quien ha dado órdenes de dejar correr el tiempo y no tomar medidas o querellarse contra él.
Luis Bárcenas, con millones de euros en paraísos fiscales y en el centro de la polémica sobre la entrega regular de sobres repletos de dinero negro a dirigentes del PP, regresó este domingo 17 de febrero de 2013 a España despues de unos días de esquí a todo lujo en Canadá.
En la bella Vancouver, para ser exactos y después de haberse gastado 50.000 euros en una semana.
La prensa sabía de su regreso, porque el extesorero del PP no se corta un pelo e igual se exhibe en restaurantes de cinco estrellas en el sur de Francia, que pasea pomposo por Baqueira, seguro de que el presidente del Gobierno no se atreverá a actuar contra el.
Y había en Barajas, aguardando, un tropel de periodistas, cuya presencia alertó -como suele suceder- a los curiosos.
Emergió Bárcenas con el carrito y al verse interpelado por los reporteros e increpado por ciudadanos, lejos de avergonzarse o de mirar para otro lado, reaccionó dedicando una insultante peineta a los periodistas y a los presentes.
También a los ausentes: Mariano Rajoy, presidente del Gobierno al que tiene en un sinvivir, y los sufridos contribuyentes españoles, que hemos pagado impuestos, no tenemos 22 millones en cuentas secretas de Suiza y no podemos ‘regularizar‘ nada.
UN CHISTE EN LA RED
El gesto soez del malandrín Bárcenas ha terminado de hartar a los que no lo estaban ya. También ha desatado el humor en Internet, donde circulan a estas horas chistes como este:
Llega Luis Bárcenas a una cafetería y eleva la voz con autoridad:
¡Camarero!
-Dígame, señor Bárcenas
-¡Un descafeinado!
-¿De sobre?
-¡Cómo me conoces, cabronazo!
LA PULSERA ELECTRÓNICA
Anticorrupción esperará hasta la declaración de Bárcenas el próximo día 25 de febrero de 2013 para pronunciarse sobre las medidas cautelares pedidas por una acusación popular en el caso Gürtel, entre ellas que se le prohíba salir de España y que se le coloque una pulsera localizadora.