Así las cosas, al juez Pablo Ruz ya no le queda más que dictar el auto que eleve el Caso Gürtel al Tribunal Supremo para que continúe con la investigación
Unos, como Javier Arenas, Alfredo Prada o Pedro Gómez de la Serna apoyaron a Luis Bárcenas con uñas y dientes. Cada uno de ellos, o los tres conjuntamente, deberán explicar los motivos.
El periodista de El Mundo Eduardo Inda, afirma, apoyándose en sus fuentes en la UDEF, que las cuentas suizas del ex tesorero son de varias personas. Más dudas todavía.
En el momento actual las cosas no están ya como para poner la mano en el fuego por nadie.
Otros, por el contrario, como María Dolores de Cospedal, Miguel Arias Cañete o el propio director de La Razón, Francisco Marhuenda -hombre muy cercano al líder popular-, aconsejaron desde el primer momento despedir al tesorero, cortar todo contacto con lo que emanase su olor y poner mucha tierra de por medio.
Si alguien les hubiese hecho caso en su debido momento…
Mariano Rajoy, sin embargo, se empeñó en atender a los primeros:
«Pobre Luis, es inocente. En realidad los que van contra él desean acabar conmigo. Cómo voy a abandonarlo».
Eso y cosas parecidas, se ha podido escuchar alguna vez al presidente. Pues bien, se dejó engañar y se equivocó. Ahora está claro los que acertaron y quienes no le contaron lo que se cocía.
Después de madrugar viendo en la portada del domingo del periódico de Pedrojota Ramírez sus SMS guardados durante años, Rajoy, por fin, ha tenido constancia de por qué la red Gürtel señalaba a Bárcenas como ‘Luis el Cabrón’.
La cuestión, la verdad, no pinta nada bien. Su honestidad es lo que distingue a Mariano Rajoy, y así ha sido reconocido en general por cualquier español.
Pero, después de las últimas «sorpresas«, las dudas inoculadas en la opinión pública, incluso en la propia familia popular, aumentan.
El naipe que sujeta a la torre de cartas del PP, la palabra de Rajoy, se tambalea. El pulso de Pedrojota Ramírez ha llenado de viento Génova 13.
Ya no vale por tanto con capear el temporal como hasta ahora se ha venido haciendo. Entre otras cosas, porque la declaración de Bárcenas, aun sin recibís, siendo un mentiroso confeso, es la de un testigo de cargo que reconoce un delito e inculpa a aforados, entre ellos al presidente del Gobierno.
Así las cosas, al juez Pablo Ruz ya no le queda más que dictar el auto que eleve el Caso Gürtel al Tribunal Supremo para que continúe con la investigación. Mal asunto. Más tiempo de calvario.
No sé si España está para estos envites, aunque esto sea lo que hay.