Su nombre, el de Javier López, figura en el sexto puesto de la candidatura del PSOE a las elecciones europeas, por encima de veteranos de guerra como Enrique Guerrero, Inmaculada Rodríguez-Piñero y el mismísimo José Blanco.
Lleva liderando las Juventudes del PSC cinco años y, desde que el pasado febrero se ganó el derecho a concurrir en la lista electoral -por el 68,7% de los votos- en unas primarias organizadas por los socialistas catalanes, muchas miradas se han posado en él.
Dicen que este licenciado en Derecho de 28 años que apenas ha conocido otra cosa que no sea el partido es una de las jóvenes promesas de un PSOE que necesita desentumecerse; y uno de los mejores fichajes para la candidatura que encabeza Elena Valenciano.
Cuanto menos se le vio suelto en el mitin que ambos protagonizaron a mediados de marzo en la Fiesta de la Rosa del PSC.
Desde luego si el PSOE se pone en manos de personajes como la estrella emergente del PSC se encaminará hacia la radicalización. Porque si algo le sobra a Javier López son blancos y negros, aunque ahora haya moderado su discurso hacia los grises por cuestiones electorales.
Con él al frente, la JSC ha hecho gala de un republicanismo que en más de una ocasión ha puesto en un brete al PSC y al PSOE en su conjunto, defensor de la Monarquía como piedra angular de la estabilidad institucional.
Como cuando en febrero del año pasado la Joventut Socialista de Catalunya emitió un comunicado para pedir «la abolición de la Monarquía y la consecución de la III República» que retumbó en todo el partido. Un par de meses después López demandó a todos los ayuntamientos catalanes que izaran la bandera republicana con motivo del 14 de abril.
Defensor del «derecho a decidir»
Como recuerda Ana I. Martín en ‘El Semanal Digital’, si algo caracteriza a Javier López es su coqueteo con la causa independentista.
O, cuanto menos, su clara apuesta por el «derecho a decidir» de los catalanes. El pasado verano la JSC del futuro eurodiputado se unió a las juventudes de y EUiA en la firma de un Manifiesto por el Derecho a Decidir que sus mayores del PSC rechazaron.
En él se comprometían a «impulsar y defender la convocatoria de un referendo para que Cataluña pueda ejercer su derecho a decidir su futuro democráticamente y de forma vinculante» y ponían en tela de juicio la indisoluble unidad de España establecida en la Constitución.
También ha asomado la patita del anticlericalismo. En la pasada campaña del IRPF la JSC, bajo su batuta, inició una ofensiva en los medios para reclamar que se suprimiera la casilla de la Iglesia de la declaración de la renta y se mantuviera sólo la de los fines sociales.
Hasta a la insumisión ha llamado el flamante número 6 de la candidatura del PSOE a las europeas: lo hizo cuando animó a los pacientes a negarse a pagar el euro por receta en la farmacia y esperaran a que les llegara el requerimiento de la Generalitat para abonar la deuda.
Galones, todos ellos, que le han valido un puesto de postín en la candidatura de Valenciano y otro en la galería de promesas del PSOE.
