Ciudadanos estuvo, está y estará dispuesto en todo momento a sentarse a negociar con UPyD
La decisión de Rosa Díez de convocar un Consejo Político extraordinario el 6 de septiembre de 2014 tras una semana de debate interno en torno a un futurible pacto con Ciudadanos puede significar dos cosas.
O la líder de UPyD toca a rebato para empujar a la cúpula del partido a desterrar definitivamente y sin ambages el matrimonio con C´s; o realmente Díez quiere un debate abierto y enriquecedor, exponiéndose a que su postura, la del «no» a un pacto, quede en minoría durante el cónclave.
Sea cual sea su intención, estos días se habla mucho de la disponibilidad de UPyD, pero, ¿cuál es la de Ciudadanos? Porque no hay postura oficial, más allá de un tuit para entendedores de Albert Rivera -«en la situación que vive España serán necesarias personas a las que nos importe más nuestro país que las siglas de nuestro partido»- y de algunas declaraciones de Juan Carlos Girauta y Carina Mejías.
La posición de C´s se resume así: pacto sí, pero no a cualquier precio. Ahora que su Movimiento Ciudadano está subiendo como la espuma en toda España y que UPyD parece flojear -los resultados de las europeas no fueron los esperados-, las cosas han cambiado.
Hubo un tiempo, años, en que Rivera habría aceptado casi cualquier condición de Díez con tal de un sumar.
Pero, después de ser repetidamente rechazado, en 2012 se produjo un punto de inflexión que abrió definitivamente los ojos al líder de C´s: a partir de entonces se propuso que si UPyD quería algo de ellos tendría que dar el primer paso.
Ocurrió con motivo de las elecciones vascas de octubre de ese año. Como Ciudadanos no se presentaba, Rivera reunió a su Consejo General y, a propuesta suya, se decidió pedir el voto para UPyD, por ser «la opción más adecuada» para los que «están por la convivencia y en contra de la separación», argumentaron entonces.
La respuesta de Díez y su formación magenta no fue el agradecimiento, ni en público ni en privado. Es más, no hubo respuesta, sólo el desprecio de quien no hace aprecio.
Aquel feo que dolió especialmente a Rivera y que ha contado alguna vez en petit comité fue el detonante de su cambio de actitud hacia UPyD. Dejó de poner la otra mejilla.
Aun así, Ciudadanos estuvo, está y estará dispuesto en todo momento a sentarse a negociar con UPyD. Pero ahora no lo venderá tan barato porque las fuerzas se han equilibrado.