Sindicalista de pura cepa y proruso, ha criticado las sanciones occidentales por su impacto en las empresas locales
Si el presidente Mariano Rajoy (PP) se ha visto sorprendido por el ascenso de Pablo Iglesias y Podemos en España, Angela Merkel (CDU) también tiene que lidiar ahora con la extrema izquierda en Alemania.
Por primera vez desde la caída del Muro de Berlín en 1989 y la reunificación, un postcomunista (Bodo Ramelow) presidirá un estado (land), tras el acuerdo para gobernar Turingia entre La Izquierda, los socialdemócratas del SPD y Los Verdes.
Si en España la fuerza del bipartidismo PP-PSOE amaina, la CDU ha fracasado en el intento de mantener Turingia tras 24 años en el poder.
OTRAS OPCIONES
Por su parte, el SPD, por detrás de los de Merkel en más de 15 puntos, trata de explorar otras opciones políticas.
Así, Turingia -un pequeño estado oriental- podría cambiar el panorama político teutón, aflojando el dominio de Merkel. Si el experimento tiene éxito, incluso podría allanar el camino para la misma alianza de tres partidos a nivel nacional en 2017, cuando Alemania acude a los comicios federales. Este cambio de gobernantes zanjaría así nueve años de dominio conservador.
¿Es Ramelow el Pablo Iglesias alemán?
Postcomunista, sindicalista de pura cepa y proruso (ha criticado las sanciones occidentales por su impacto en las empresas locales), el caso de Ramelow en Alemania presenta diferencias con el de Pablo Iglesias en España (él será presidente de land y el de Podemos es eurodiputado antes de desembarcar en la política nacional).
Aunque también tienen nexos comunes. Ambos comparten su oposición a las tesis de la OTAN y una ideología de izquierdas (aunque los suyos consideran a Ramelow como un moderado en su partido) y un rasgo común: ponen en solfa el status quo de los países donde han surgido.
Si en España tanto PP como PSOE han criticado a Podemos, en Alemania CDU ha cargado contra ellos pero el SPD pactará.
De esta forma, el fantasma comunista ha vuelto a recorrer el país. «Tengo que pensar en las personas que ‘re-traumatizadas’ por mi candidatura, aquellos que llenaron las cárceles de la Stasi y cuyas vidas fueron destruidas», afirma el político.
Al igual que Pablo Iglesias (que esgrime el lema ‘Ni de derechas, ni de izquierdas’), Ramelow también presta atención a esta batalla ideológica. Para hacer frente a los posibles dardos que le lanzan sobre su pasado comunista, él se ampara en haber tachado el régimen con el ambiguo adjetivo «injusto».
El regreso de Marx
Sin embargo, Ramelow no podrá ser jefe hasta que la Asamblea de Turingia le respalde con su voto el 5 de diciembre.
El presidente alemán, Joachim Gauck, que participó en la campaña por los derechos civiles durante el Gobierno comunista, ha manifestado sus dudas acerca de la capacidad de la Izquierda para gobernar un estado.
La canciller Merkel, que creció en el Este, ya ha avisado al SPD de que es perjudicial una alianza con la Izquierda. Pero aún ha sido más dura al calificar a los partidarios de Ramelow: «Karl Marx entrará en las oficinas del Gobierno. Eso no puede ser posible», señaló en septiembre.
