DONDE LAS DAN...

Pablo Iglesias entona la oración de Arya Stark en su choque con IU

El líder de la formación morada se cansó de aguantar a unos izquierdistas amargados y tristones apegados a unos símbolos lejanos de la realidad y con los que tenía una cuenta pendiente

Pablo Iglesias entona la oración de Arya Stark en su choque con IU
Pablo Iglesias, líder de Podemos. PD

Pablo Iglesias cogió su fusil. Esta semana el líder de Podemos dejó claro por dónde van a ir los tiros de la «convergencia». Portazo que te crió en las narices a Alberto Garzón y, sobre todo, a Izquierda Unida. Demasiado tarde, chavales. Lo nuestro se terminó, podría haber dicho Iglesias.

Después de la foto con Garzón, llegó la revancha. Y lo hizo en forma de entrevista en la que Iglesias, que cuando quiere es capaz de pintar al vitriolo, se despachó a gusto. Porque es sabido que la sátira es mucho más potente con lo que se ha conocido y lo que se ha amado.

Iglesias tenía pendiente su ajuste de cuentas y a ello le dio pie, digámoslo todo, un pedante artículo de Isaac Rosa en el que, entre apología y apología de IU, ponía en cuestión que Podemos se fuera a comer un rosco. Un visionario, vaya. Y así lo pintaba el líder podemita:

«Os avergonzáis de vuestro país y de vuestro pueblo. Consideráis que la gente es idiota, que ve televisión basura y que no sé qué y que vosotros sois muy cultos y os encanta recoceros en esa especie de cultura de la derrota. El típico izquierdista tristón, aburrido, amargado…, la lucidez del pesimismo».

Como Iglesias no tiene un pelo de tonto, hay que suponer que era muy consciente del lío en el que se metía. Sobre todo al tocar uno de los mitos del sector político:

«Sigue viviendo en tu pesimismo existencial. Cuécete en tu salsa llena de estrellas rojas y de cosas, pero no te acerques, porque sois precisamente vosotros los responsables de que en este país no cambie nada. Sois unos cenizos. No quiero que cenizos políticos, que en 25 años han sido incapaces de hacer nada, no quiero que dirigentes políticos de Izquierda Unida, y yo trabajé para ellos, que son incapaces de leer la situación política del país, se acerquen a nosotros. Seguid en vuestra organización. Presentaos a las elecciones, pero dejadnos en paz».

Más claro, agua. Mientras tanto, los foros ligados a IU, y también los de Podemos, echaban humo por las palabras de Iglesias. Viendo la preocupación de los más críticos con el secretario general podemita, había que reconocer que su speech había dado en el centro de la diana.

Abanderado de una «autonomía histórica» que ha roto con algunos de los mantras habituales de la izquierda -aunque todavía pesen ciertos lastres-, consciente de la necesidad de acrecentar la transversalidad, Iglesias también sabe que ahora tiene la sartén por el mango mientras que IU carga con la etiqueta de haber sido el denunciador domesticado y la techumbre de los Moral Santín o los Pérez. Ahora Podemos sube e IU baja.

No siempre fue así y seguro que Iglesias tampoco olvida los desplantes de la cúpula dirigente de IU, con Cayo Lara a la cabeza, y las zancadillas, y algo más, de caciques locales y provinciales al proyecto podemita. «Que se vuelva al campo a montarse en el tractor», aseguran algunos dirigentes podemitas sobre Lara. Todo un síntoma.

Incluso, remontándose en el tiempo, la escasa atención prestada al asesor de la coleta en otros momentos, despreciado. Ni las peticiones de frente común con una posible inclusión en la lista de las europeas de 2014 nunca atendidas.

Dice Iglesias que él se identifica en Juego de Tronos con Tyrion Lannister. Pero en su relación con la coalición de izquierdas se asemeja a Arya Stark. Sus oraciones en Alto Valyrio han sido escuchadas: Valar Morghulis para IU.

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