La negociación podría prolongarse más allá de las generales 20D

Los dimes y diretes de la caótica CUP pueden hacer que Mas no se dé un baño de masas

El cabeza de lista de Junts pel Sí (JxS), Raül Romeva, ha exhibido su sintonía con la mayoría de planteamientos el partido antisistema

Los dimes y diretes de la caótica CUP pueden hacer que Mas no se dé un baño de masas
Antonio Baños EFE

La agencia Standard and Poor's rebaja mientras tanto un escalón la calificación crediticia asignada a Cataluña

El cabeza de lista de Junts pel Sí (JxS), Raül Romeva, ha exhibido este viernes 9 de octubre de 2015 su sintonía con la mayoría de planteamientos de la CUP, aunque las posiciones siguen alejadas en cuanto a la investidura del presidente catalán, por lo que la negociación podría prolongarse más allá de las generales del 20D.

Romeva ha manifestado un «altísimo grado de coincidencia» con los postulados que escuchó ayer de la CUP, que pidió pasos «irreversibles» de ruptura con España para fundar una «república catalana» antes de abordar la investidura del presidente de la Generalitat, que los ‘cuperos’ rechazan que sea Artur Mas.

En todo caso, Romeva ha dejado claro que él descarta «del todo» ser candidato a la presidencia de la Generalitat por Junts pel Sí y ha recordado que el aspirante siempre ha sido el líder de CDC, Artur Mas: «No se ha cambiado el relato», ha subrayado.

Las diferencias en este punto persisten y tanto la CUP como JxS han optado por tratar de avanzar primero sobre el «qué, el cómo y el cuándo» del proceso soberanista y aplazar la negociación sobre «quién» preside la Generalitat para la última fase de las conversaciones.

ESCENARIO IDEAL

Si bien el escenario ideal para Artur Mas sería una investidura rápida, en JxS son conscientes de que las posturas están tan alejadas que las negociaciones van para largo.

Fuentes de JxS creen que «muy probablemente» el acuerdo no podrá llegar antes de las elecciones generales del 20 de diciembre, un escenario que permitiría un margen de tiempo para que el Parlament apruebe los primeros «gestos» soberanistas que pudieran allanar el terreno para un acuerdo con la CUP.

Esperar a que pasen las generales, además, podría quitar presión a la CUP, si el 20D se confirma el declive de Podemos e ICV, las críticas que dirijan estas formaciones de izquierda a la CUP por el hecho de investir a Mas tendrían posiblemente un eco menor.

Romeva, que es uno de los negociadores por la parte de JxS, ha especificado que trabajan con la CUP dentro de los plazos máximos que marca la normativa, que contempla varias votaciones para investir al presidente hasta, como muy tarde, el 9 de enero.

De hecho, el cabeza de lista de la CUP, Antonio Baños, ha asegurado que ni siquiera han empezado a negociar la investidura, porque antes quieren ver «gestos de ruptura» irreversibles desde el primer momento en que se constituya el nuevo Parlament.

La sesión constituyente de la nueva legislatura se tiene que celebrar no después del 26 de octubre y, en un plazo máximo de 10 días hábiles después -el 9 de noviembre sería la fecha límite-, debe tener lugar el debate de investidura.

Si en esta sesión el candidato no tiene mayoría absoluta, debe convocarse una segunda votación 48 horas después y, en esta, el presidente podría ser elegido sólo con mayoría simple.

Si tampoco resulta elegido en el segundo intento, el Parlament puede convocar más votaciones a lo largo de dos meses, a contar desde la primera, y si se agota el plazo sin resultados, se convocan automáticamente nuevas elecciones.

En este contexto, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha llamado a la reflexión a los políticos catalanes, especialmente al presidente de la Generalitat en funciones, a quien ha recordado que para gobernar «uno no se tiene que someter a minorías» como la CUP, que promueve la desobediencia a las leyes.

La líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, también ha deseado que JxS no asuma las condiciones de la CUP para investir un futuro presidente de la Generalitat, ya que sus postulados, ha dicho, son un «desafío al orden democrático».

Por su parte, la portavoz del PSC en el Parlament, Eva Granados, ha lamentado la «situación de parálisis» institucional porque entiende que Artur Mas se encuentra en «una situación de debilidad» ya que carece de mayoría.

Por parte de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela ha considerado «absolutamente increíble» que la CUP crea que puede pactar una ruptura social y económica y un proceso constituyente de carácter anticapitalista con JxS.

El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, ha alertado de los efectos de que la CUP disponga de la llave de la gobernabilidad: «La inestabilidad ha llegado. El espectáculo ya ha comenzado», ha remarcado.

En este contexto, la agencia Standard and Poor’s ha rebajado un escalón la calificación crediticia asignada a Cataluña (de BB a BB-), de forma que agrava la consideración de la deuda catalana como bono basura al augurar una «tensión política creciente».

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