Lo que Podemos intenta ocultar es que no puede apoyar intervenciones militares en Siria que pongan en peligro al régimen sanguinario de Bachar al Asad
Pablo Iglesias se ha descolgado del Pacto Antiyihadista con un discurso más propio de Angelina Jolie que de un aspirante a la Moncloa. «No toca venganza sino la defensa de nuestros valores», afirmó sin explicar si esos valores son los mismos que defiende cuando pide la libertad de Otegui, apoya a los presos etarras o llama ‘extremista’ al preso político Leopoldo López.
Le faltó decir como su admirado José Bono, abogado de su padre en la dictadura franquista: «Prefiero morir a matar». Con media Europa en guerra contra el Estado Islámico, Iglesias se desmarca con un pacifismo naif a lo Yoko Ono intolerable incluso hasta para el propio Zapatero, padre de la alianza de civilizaciones, que le aconsejó «reflexionar».
«Me asquea que finja preocuparse por nuestra libertad un tío que cobró de Hispan TV» https://t.co/Nyl2w61kmK pic.twitter.com/MvGi7aRnVP
— Periodista Digital (@periodistadigit) November 16, 2015
Este pacifismo advenedizo es el que se saca de la manga Podemos para ocultar lo que realmente piensan: que la culpa es de Occidente y el culpable es el mismo Hollande, así como en el 2004 el responsable de la masacre de Atocha fue Aznar, razón por las que los hoy líderes de Podemos asediaron las sedes del PP al grito de ‘Aznar asesino’. —‘Más Claro Agua’ descubre cómo Pablo Iglesias se sumó al ‘agit prop’ del 13-M—
Apoyar un pacto antiyihadista como el que hábilmente les puso Rajoy sobre la mesa a sus rivales políticos implicaría para Podemos entrar en conflicto con el eje Irán – Venezuela que tan generosamente se ha portado con sus líderes financiando desde informes sobre una moneda única a 425.000 euros la pieza hasta programas de televisión en la cadena iraní HispanTV. Por no hablar de los millones de euros que acabaron en la Fundación CEPS.
EL PAPEL DE IRÁN EN ORIENTE MEDIO
Lo que Podemos intenta ocultar es que no puede apoyar intervenciones militares en Siria que pongan en peligro al régimen sanguinario de Bachar al Asad, porque esto perjudicaría a los iraníes en su guerra fría con Arabia Saudí, principal enemigo del dictador sirio y para muchos países de la región financiador del Estado Islámico.
El apoyo de Vladimir Putin a Asad bombardeando posiciones del Estado Islámico es lo que atasca las negociaciones con Obama, que sí quiere acabar con el régimen de Asad.
Para los podemitas el problema no es Irán ni Asad sino Israel y los Estados Unidos. Ahora se entienden mejor los tuits del podemita Guillermo Zapata cuando se burlaba de los judíos: «¿Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En un cenicero..»
La periodista siria Samar Yazbek lo resume perfectamente en su libro ‘La Frontera’ editado por la editorial Stella Maris: «Asad masacró a su pueblo y, cuando Irán puso su zarpa sobre Siria, la revolución pacífica se convirtió en una guerra religiosa que como un imán atrajo al terrorismo del IS (…) Esta no es la guerra de Siria, sino de los intereses en Siria» afirma señalando a Irán, Rusia, Estados Unidos y la industria armamentística.
La zarpa de Irán busca destruir a su principal enemigo: Israel, y para eso necesita evitar la caída de Asad en Siria, tener atado en corto al Gobierno de Haidar Al Abadi en Irak y potenciar a Hizbolá en el Líbano. Siria es vital para Irán porque le permitiría diseñar una línea estratégica de defensa chií contra sus enemigos de sangre suníes que llegaría hasta el Líbano pasando por Irak y Siria.
LA ALIANZA DE IRÁN CON VENEZUELA
La obsesión del expresidente iraní Mahmud Ahmadineyad con poseer armamento nuclear para hacerse con el poder en patio trasero de Estados Unidos le llevó en 2006 a estrechar lazos con otro país amigo de Podemos: Venezuela. Ahmadineyad recurrió a Chávez asfixiado por las sanciones comerciales internacionales y la falta de divisas.
Y había una razón más oculta que tardaría años en desvelarse hasta la revista brasileña Veja lo sacó a la luz: que Chávez intercediera de mediador con Cristina Kirchner para acceder a la avanzada tecnología nuclear argentina.
El acuerdo incluía además cantidades ingentes de dinero a cambio de impunidad para los funcionarios iraníes implicados en la voladura del centro judío de la AMIA en 1994. Quien descubrió el pastel fue el fiscal argentino Alberto Nisman. Acabó asesinado en extrañas circunstancias.
@lbalcarce