Veinte años después del asesinato de Múgica, Manuela Carmena se refiere a los asesinos de Múgica como "un movimiento político"
El 6 de febrero de 2016 se cumplieron 20 años del asesinato del socialista Fernando Múgica de un tiro en la nuca a manos de ETA. ¿Quién era Múgica? Su hijo Rubén le recuerda en una entrevista en El Correo como «un donostiarra hasta la médula, un vasco hasta la médula, socialista desde el franquismo mismo y abogado. Un apasionado de su ciudad, de la abogacía y del partido socialista». Rubén era el pequeño de tres hijos. Tenía 27 años cuando asesinaron a su padre. —«El asesinato de mi padre no nos pilló por sorpresa: encarnaba justo lo que ETA quería violentar»—
No satisfechos con arrebatarle a su padre, buscaron convertirle en un apestado. «En la casa familiar nos hicieron pintadas, a mi madre la escupieron por la calle, a los tres hijos nos insultaban por la calle y tuvimos que disponer de protección policial con escolta desde unos días después del crimen. Era el decorado que los ‘batasunos’ tenían diseñado para las familias y para las víctimas del terrorismo. Las víctimas tenían que ser enterradas y sus familiares silenciados». —Rubén Múgica: «Para qué querrán tanta paz, si los muertos os limitabais a aguardar el turno de vuestro asesinato»—
Pero su familia resistió. «Mi padre -recuerda José María, hermano de Rubén- siempre dijo que había que resistir. Resistir siempre, ésa era su divisa. Resistir a la dictadura franquista, que le era insoportable, y a la dictadura de ETA. Él era un demócrata por necesidad». —Cuando ETA te mata a tu padre y te apunta con una pistola—
Veinte años después del asesinato de Múgica, Manuela Carmena se refiere a sus asesinos como «un movimiento político». Veinte años después, Joan Ribó dice «algunos vivían mejor con ETA que sin ella». Veinte años después, los que se llaman a sí mismos «nosotros, los demócratas» se solidarizan con los titiriteros de la pancarta del Gora-Alka ETA. —Carlos Herrera, sobre Carmena, Celia Mayer y los titiriteros: «Panda de ignorantes, sectarios y mamarrachos»—
Hasta se permiten hacer bromitas como Ada Colau tuiteando ‘Gora marion-etas’. Veinte años después, maquillan con un lenguaje tramposo las muertes de ETA para justificar su historia y hasta incluso elogiar sus aciertos políticos como hizo Pablo Iglesias en una herriko taberna.
Porque como dijo el Iglesias en el Ritz la violencia de ETA, el tiro en la nuca a Fernando Múgica, «tiene una explicación política». Y Monedero: «Cuando se piensa que en el País Vasco la represión ha tenido un espacio muy alto, uno puede empezar a entender la violencia de ETA». —Así defiende la izquierda mediática a los titiriteros etarras: «¡Es carnaval! ¡Son marionetas y es transgresor!»—
Fernández Díaz se ha pasado tres pueblos. pic.twitter.com/vWJfJujjtB
— Alonso (@alonso_dm) February 10, 2016
Los podemitas se rebotan cuando se les recuerda su fascinación platónica por la banda terrorista. Normal. A nadie le gusta que les recuerden sus complejos. Es difícil de soportar. Miren lo que le ha pasado a Gonzalo Boyé, editor de la revista satírica Mongolia y abogado de Tania Sánchez.
Explicarles que eres un abogado condenado por colaborar con ETA en un secuestro va a ser chungo también pic.twitter.com/ceLXbhx5Wo
— Cowboy en Paro (@CowboyEnParo) February 7, 2016
Todo se reduce a la conquista de un espacio de poder. Intentar entenderlo desde lo ideológico es perder el tiempo.
Y por ese motivo han salido en tromba a pedir la liberación de los titiriteros. No es por la libertad de expresión –les importa una higa, ahí tienen a Leopoldo López– sino porque meterlos en la cárcel es para ellos una tropelía legal y una declaración de guerra del sistema.
Avui convocatòria ciutadana per la llibertat d’expressió a St Jaume, tot el suport #LibertadTitiriteros pic.twitter.com/i2DAp1FyAL
— Ada Colau (@AdaColau) febrero 10, 2016
Para los Colau, Iglesias o Mayer la guerra por la libertad de los titirietarras es una guerra por apropiarse del poder, del poder de nombrar las cosas. Y entre esas cosas está la de nombrar la libertad de expresión.
El mensaje que lanzan es: ¿Libertad de expresión? Nosotros diremos qué es libertad de expresión. Nosotros diremos quiénes son los títeres y quiénes los titiriteros. A nosotros ningún sistema corrupto y mafioso se atreve a meter en la cárcel a uno de los nuestros. Ya lo hicieron con Otegui y pagarán por ello. El titiritero es la primera víctima y una amenaza mafiosa: o dejáis las cosas como están o volvemos al franquismo (Santiago Alba Rico, ideólogo de Podemos, dixit). No os tenemos miedo. ¿Lo han comprendido?
@lbalcarce