Y Sánchez saca a su antojo de las futuras listas a rivales como Madina, cuando esa función corresponde a agrupaciones, comisión de listas y comité
Optimismo ‘flower power’ en el PP. Manejan en la actualidad llegar a un escenario de entre 125 y 130 escaños, por encima del obtenido el 20-N aunque ninguna encuesta le llega a dar tanto. «Creen que recuperarán votos por el centroderecha, procedentes de Ciudadanos. Y estiman –informa ABC– también que la formación de Albert Rivera los ganará de desencantados del PSOE y sus veleidades en torno a Podemos, y hasta de la propia formación morada».
Tampoco hay pánico a la joint venture Podemos-IU. Los estrategas de Génova creen que si el PSOE se ve amenazado por una unión de fuerzas a su izquierda, puede verse forzado a acercarse a esa gran coalición de la que Pedro Sánchez no quiere ni oír hablar. «Hay que tener en cuenta -señala una dirigente popular a ABC- que no es posible una tercera vuelta; si se repiten los resultados, hay que pactar sí o sí» porque «a Pedro Sánchez no le dejarían hacer otra cosa ni los barones ni Susana Díaz».
Las primarias del PSOE para designar a su cabeza de cartel el próximo 26 de junio arrancan este 8 de mayo 2016 marcadas por la ausencia de rivales que compitan con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y por unos plazos que han quedado reducidos a sólo dos semanas por las aperturas del calendario electoral.
Carlos Cuesta en El Mundo las llama «las primarias de la autoexaltación» en las que ha cambiado de urgencia el procedimiento de dos meses de su partido reduciendo la búsqueda de 9.000 avales para el resto de aspirantes a siete días -incluido puente y festivos-.
«Sánchez se ha adjudicado una semana de ventaja en la recogida de avales en Castilla y León, Madrid, Murcia y otros territorios, pese a que aún no estaban aprobados los modelos de aval individual y colectivo por el partido. Sánchez se apoya en una Ejecutiva que debería haber pasado su particular examen en un congreso ordinario entre el tercer y cuarto año de mandato -se ha superado el plazo y el congreso sigue sin celebrarse-. Y Sánchez saca a su antojo de las futuras listas a rivales como Madina, cuando esa función corresponde a agrupaciones, comisión de listas y comité, que aún no han abierto la boca y cuya reunión clave será el 15 de mayo».
Casimiro García Abadillo rompe una lanza por Sánchez al recordar que la diferencia entre España y Alemania para que no se produzca una gran coalición «no es que los conservadores de la CDU sean menos conservadores que los del PP, o que Merkel sea más progre que Rajoy, sino que el SPD, los socialdemócratas alemanes, no tienen a su izquierda a ningún partido que haya sacado casi los mismos votos que ellos. Por tanto, lo lógico es que Sánchez a partir de ahora acentúe las políticas más a la izquierda de su programa para atraer a los votantes que dudan entre el PSOE y Podemos».
El editorial de El Mundo se distancia de Abadillo y sacude a Pedro Sánchez por volver a insistir en que el PSOE no pactará con el PP, lo cual es sencillamente absurdo porque puede que los resultados vuelvan a obligar a un acuerdo entre los dos grandes partidos. «Si esto fuera así, ¿quiere decir Sánchez que habrá nuevas elecciones en diciembre? ¿Hay alguna imposibilidad genética de que PSOE y PP puedan pactar para gobernar juntos?»
Y es interesante la entrevista al ex líder de IU, Gaspar Llamazares. El que fue coordinador de IU de 2000 a 2008 es uno de los mayores detractores de la coalición con Podemos.
Podemos apostó por liquidarnos electoralmente. Intentó trocearnos como si fuéramos un salchichón. Ahora estamos ante un matrimonio de conveniencia que no forma parte de la convergencia y beneficia solamente a Podemos, no a IU.
¿El abrazo del oso? Podría ser. Podemos se sitúa claramente en la competencia con el PSOE por la izquierda. Y esa es una estrategia legítima, pero no es la de IU. La estrategia de IU después de haber hecho un buen trabajo en los últimos meses y después de haber tenido unas expectativas altas en los últimos años debería ser la recuperación del grupo parlamentario y del portavoz.
A partir de la recuperación, retomar un diálogo de igual a igual con Podemos. Al hacerlo ahora, tras una situación de debilidad, Izquierda Unida se convierte en un satélite que orbita en torno a Podemos, pero no en una fuerza que dialoga de igual a igual con Podemos.