Ideologizar a los niños ha sido una de las mayores preocupaciones del Gobierno de Carmena
Muchos nabos y pocas nueces. El Gobierno municipal de Manuela Carmena cumple un año al frente del Ayuntamiento de Madrid plagado de escándalos judiciales, peleas internas y declaraciones fuera de tono de una radicalidad extrema como jamás se había visto antes.
Madrid sigue siendo la capital de monumentales atascos, los desahucios siguen a la orden del día y la ciudad está más sucia que nunca. Pero Carmena saca pecho en su primer aniversario de que ahora tenemos huerto y los urbanistas madrileños regresemos al campo, la gran utopía hipster. Poco importa que Carmena no sepa distinguir entre una lechuga y una acelga. –Seis meses de ‘carmenadas’ varias—
Es parte del festival de ocurrencias de la alcaldesa –los ceniceros portátiles, que las madres barran los colegios o que los niños saquen tarjeta roja a sus padres por tirar las colillas al suelo–al que ya nos hemos acstumbrado.
No es la única que anda confundida en la Plaza del Sol. La concejal podemita que vino a jurar venganza contra el callejero franquista, Celia Meyer, confundió a Juan Pujol Martínez, propagandista del régimen de Franco, con el más grande héroe español de la Segunda Guerra Mundial, Juan Pujol García, alias Garbo, el espía que engañó a Hitler sobre el lugar del desembarco de Normandía. Pero da igual porque todo les sale gratis. –-‘Chani’ Pérez Henares se harta de la alcaldesa y sus descabelladas ideas: «Me preocupa Carmena pero aún más la tropa»—
También confundió la calle de un empresario vallecano, Francisco Iglesias Angelina, nombrada en 1929, con la de un as de la aviación como Francisco Iglesias Brage, que nunca tuvo calle en Madrid, como denunció el concejal del PP, Pedro Corral, en un histórico alegato a favor de la reconciliación.
ABC descubrió que la delegada municipal de Cultura y Deportes encargó a dedo el contrato sobre el informe de las calles con nombres franquistas a la cátedra de la Complutense. Lo presupuestó en 17.999 euros, uno menos del límite a partir del cual debía sacarlo a concurso público. Trucos de «la vieja política».
Mayer también metió su populista mano en la Cabalgata de Reyes, dejándola sin camellos, vacía de referencias cristianas y con sus Majestades de Oriente vestidos «con cortinas de ducha».–Hermann Tertsch aplasta a Carmena por sus ocurrencias navideñas—
Y estuvo al borde del precipicio cuando con la representación en el barrio de Tetuán de la compañía Títeres desde abajo, una obra en la que aparecían escenas de violencia, de maltrato policial y aparecía una pancarta pequeña con la leyenda ‘Gora Alka-ETA’. —Los títeres de de Carmena apuñalan a monjas y jueces y lanzan loas a ETA ante decenas de niños—
Todo delante de unos niños horrorizados y sus padres llamando a la Policía. Se escudaron en que era una sátira y que había que defender la libertad de expresión. Carmena amagó con cesarla pero las presiones de Ahora Madrid a favor de mantenerla en el cargo forzaron a la alcaldesa a recular.
Ideologizar a los niños ha sido una de las mayores preocupaciones del Gobierno de Carmena. El Ayuntamiento de Madrid permitió en el Centro Cultural Úrculo la colocación de una muestra de pinturas y esculturas de «coños» en el hall por el que pasan niños.
Una vez más los padres tuvieron que movilizarse para que la retiraran del centro del barrio de Tetuán al mando de la edil podemita Montserrat Galcerán, quien impulsó en 2005 la candidatura Aukera Guztiak, marca blanca de Batasuna, que acabó siendo ilegalizada, y fue una de las responsables directas, debido a su cargo como presidenta de distrito, de contratar a los titiriteros que le acabaron dando la ‘murga’ a padres y niños de la zona en el Carnaval.
Normal: los concejales de Ahora Madrid llevan muchos años acumulando odio y ganas de revancha. Así lo reflejaban los salvajes tuits de Guillermo Zapata. «¿Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero» o Han tenido que cerrar el cementerio de Alcásser para que Irene Villa no vaya a por repuestos». Humor negro, dice Zapata y sus terminales mediáticas le defienden: «Es una conspiración política». Tuvo que dimitir.
El concejal Pablo Soto dijo aún cosas peores que las de Zapata pero se salvó de la quema. «Yo no puedo aseguraros que por torturar y matar a Gallardón se vaya a cambiar toda la historia, pero por probar no perdemos nada» u «Ojo, que no es que yo quiera quemar bancos, que es por su bien. Y por lo bonito que hace el fuego». Pidió perdón por haber herido sensibilidades. ¡La gente es muy sensible!
La concejal Rita Maestre fue condenada por ofender el sentimiento religioso al asaltar la capilla de la Complutense, quedándose en sujetador y gritando ‘Vamos a quemar la conferencia episcopal’, ‘Menos rosarios y más bolas chinas’, ‘Contra el vaticano, poder clitoriano’, ‘Sacad vuestros rosarios de nuestros ovarios», según la sentencia.
La imputación de Rita para los podemitas fue un honor. «Nelson Mandela estuvo en la cárcel y no preguntaría a nadie si Nelson Mandela tendría que dimitir por haber estado en la cárcel», dijo Pablo Iglesias.
Los podemitas nunca dejan tirados a los suyos. Eduardo Garzón, de 30 años y anticapitalista, cobrará 52.000 euros anuales en el área de Economía y Hacienda, que dirige el edil Carlos Sánchez Mato, militante de IU. Se da la casualidad de que es hermano de Alberto Garzón, líder de IU.
Luis Maestre, padre de Rita, fue ascendido a subdirector de la Agencia Tributaria madrileña, en la que trabaja desde hace más de una década y Manuela Carmena justificó el fichaje de su sobrino político por ser un cargo de confianza. Ciudadanos ha llegado a contabilizar hasta 44 cargos nombrados a dedo por el gobierno de Manuela Carmena.
Podemos siempre ha defendido la legalidad de los escraches. A excepción que se los hagan a ellos. Javier Barbero, delegado de Salud, Seguridad y Emergencias de Madrid, pasó de hacer escraches a sufrirlos. La protesta de los policías afectador por la eliminación de la Unidad Central de Seguridad (UCS), los antidisturbios del Ayuntamiento, no le ha hizo ninguna gracia, la tildó de «acoso» y aseguró que le recuerda a «actos de grupos fascistas».
Y al okupa que no lo toquen. La alcaldesa Manuel Carmena ha otorgado todo el poder al lobby okupa agrupado bajo el paraguas de la Red de Espacios Ciudadanos
y protegido desde el Ayuntamiento de Madrid desde el área de Gobierno de Coordinación Territorial y Asociaciones, coordinada por todo un ex okupa del Patio Maravillas como Nacho Murgui.
El okupa es por antonomasia el ojito derecho del sector más radical de Ahora Madrid curtido en más asaltos a viviendas que los SWAT. Entre ellos, Guillermo Zapata, Javier Barbero, Pablo Carmona, Celia Mayer, Nacho Murgui, y Rommy Arce.
La edil Rommy Arce (Lima, 1977) es una de las mentes más imaginativas del movimiento okupa. A esta inmigrante peruana, bibliotecaria de profesión, le debemos la guía para actuar si descubres que tienes una vecina okupa. Si descubres un vecino, no llames a la Policía. Háblale. Dale la bienvenida a cualquier nueva vecina». Y sigue: «Tranquiliza a las demás vecinas que quizá tengan prejuicios sobre vuestra vecina okupa».
La Caravana del esperpento de Carmena la cierran el concejal-presidente de Puente y Villa de Vallecas, Francisco Pérez Ramos (conocido como Paco Pérez), que ha montado una serie de actos a través de la plataforma vecinal de apoyo al radical Alfonso Fernández Ortega, ‘Alfon’, que fue sorprendido portando explosivos en la mañana de la huelga general del 14-N y José Manuel Calvo, el concejal de Urbanismo que tiene paralizada las obras en Madrid porque todo le huele a capitalismo.