¿A qué les suena este estribillo? «Tun tun, ¿quién es? una rosa y un clavel, abre la muralla».
Bingo, lo cantaban Ana Belén y Víctor Manuel. El problema es que para Pedro Sánchez no todos estaban dispuestos a abrirle de par en par las puertas de sus hogares para que les vendiese el rollo propagandístico del PSOE.
El 10 de junio de 2016, el equipo de campaña del líder socialista tuvo la ocurrencia de apostar por una novedosa iniciativa, la de recorrer el madrileño municipio de Móstoles yendo casa por casa y con los medios de comunicación que siguen a Sánchez tomando buena cuenta de la visita.
Desgraciadamente, el invento se le vino abajo muy pronto a Sánchez puesto que en cuatro de las nueve viviendas visitadas le cerraron las puertas de la ‘muralla domiciliaria’.
Por mucho que intentó venderse a los periodistas que los vecinos no querían abrir al líder del PSOE por mera cuestión de imagen, más de uno le espetó al equipo de campaña un «no, gracias».
Vamos, que no era cuestión de que se pudiese o no grabar en el interior de las casas, sino que directamente no deseaban departir con el líder socialista que recibió una buena dosis de su propia medicina con el famoso ‘no’ repetido hasta 17 veces a Mariano Rajoy cuando allá por los estertores de diciembre de 2015 le proponía el del PP suscribir la gran coalición.