Ha sido uno de los momentos más desopilantes de la campaña electoral en Galicia, aunque al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, no le ha hecho olvidar sus obligaciones de buen ciudadano y que el resto las cumplan igualmente.
La anécdota tuvo lugar en Lugo, el 22 de septiembre de 2016, donde el político del PP seguía con los actos de campaña. Rajoy, junto con su comitiva, esperaba a que el semáforo se pusiera en verde para poder cruzar cuando vieron que desde la acera de enfrente dos monjas pasaban casi sin mirar para saludar al presidente.
No sólo estrecharon las manos del presidente, sino que le plantaron dos besos ante el jolgorio y algarabía de los presentes.
Sin embargo, Mariano Rajoy, aunque agradecido por el gesto, no quiso dejarlas ir sin una pequeña amonestación cariñosa:
Pero han cruzado el semáforo en rojo.