Mano de hierro de su presidente para que en Ciudadanos haya un único mensaje

Albert Rivera se cree la nueva Rosa Díez acallando las discrepancias

Se plantea la expulsión de militantes que hagan declaraciones que vayan en contra del partido

Empieza a tener un serio problema Ciudadanos si su líder, Albert Rivera, copia gestos y actitudes de la que se presentó en su momento como alternativa a los dos grandes partidos, Rosa Díez, y que al final quedó su proyecto, UPyD, en el más absoluto de los olvidos por mor de sus modos autoritarios y por no aceptar más opinión que la que emanaba de su persona.

Ya hay que empieza a ver que con el partido naranja puede producirse ese mimetismo si Rivera sigue por esa senda. Tal y como cuenta El Mundo este 17 de diciembre de 2016, su liderazgo es lo suficientemente acusado como para que, incluso, la virtud pueda derivar en problema. Una imagen curtida durante años en el Parlament, ganada a pulso por sus habilidades políticas, pero también apuntalada por una estructura de partido construida en torno a su figura.

Sin embargo, en los últimos meses han surgido voces internas críticas con su trabajo, con las decisiones de la dirección, con la estrategia. Un hecho novedoso, por lo inusual. Frente a ello, la formación se dispone a apostar por censurar la existencia de grupos o corrientes críticas dentro del partido. Es una de las propuestas de la dirección para incluir en los nuevos estatutos.

El equipo de Rivera somete este 17 de diciembre de 2016 a votación del Consejo General los borradores sobre sus propuestas sobre estatutos, Estrategia y Actividad Política e Ideario, que podrán ser enmendados por los militantes desde el lunes para ser abordados en la Asamblea General de principios de febrero. Documentos que definen qué quiere ser de mayor el partido.

En su propuesta, la dirección ratifica y acentúa su mano de hierro para exhibir un mensaje único, una sola voz, sin discrepancias ni cuestionamientos internos. Consideran los actuales estrategas del partido que esta es, precisamente, una de sus bazas: decir todos lo mismo en todos los lugares, de tal manera que el mensaje de Ciudadanos sea identificado con claridad.

Así, en la propuesta de nuevos estatutos incluyen considerar como falta muy grave -que conlleva la suspensión de militancia, la inhabilitación para cargo orgánico o la expulsión- «las manifestaciones públicas que menoscaben el buen nombre del partido o de sus afiliados, así como la creación o participación en corrientes de opinión que sean contrarias a los intereses del partido en su conjunto» -infracción no contemplada actualmente-.

Esto es, prohibir los grupos de críticos, justo cuando en los últimos meses dos corrientes han hecho público su malestar y su desacuerdo con las decisiones y el funcionamiento interno: TranC’sparencia, un grupo de trabajo de afiliados que critica la falta de democracia interna y la «sombra del miedo» que impera en el partido; y Valores C’s, una corriente de opinión interna de afiliados que demanda meritocracia, transparencia e implicación e integración de los militantes, entre otras cosas. A ellos hay que unir a Carolina Punset, que abandonó la Ejecutiva por discrepancias con Rivera y denuncia un abandono de los principios fundacionales del partido.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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