La batalla por el corazón del PSOE

Felipe González dice que se mantendrá ‘distante’ de los candidatos pero su opción es Susana Díaz

Óscar López se pasa a la candidatura de Patxi López actuando como su director de gabinete

Felipe González dice que se mantendrá 'distante' de los candidatos pero su opción es Susana Díaz
Felipe González. PD

La baza de Sánchez ya no se encuentra en el poder orgánico, sino en los militantes

Patxi López ya ha dado un paso al frente. Se espera a Susana Díaz. Y se mantiene la incógnita de si Pedro Sánchez intentará dar la batalla por recuperar su despacho en la calle Ferraz.

Pero en toda batalla interna en el PSOE sigue importando, y mucho, lo que piense Felipe González.

Por el momento, dice que quiere mantenerse al margen del proceso, aunque en el pasado nunca ocultó sus simpatías, apoyos y cariños a la líder andaluza.

Este 15 de enero de 2017 aseguró que, aunque le suponga un problema, él no va a mojarse por ninguno de los candidatos; quiere ser «distante», dijo, porque lo que interesa de verdad al PSOE son los proyectos.

Los de Patxi López, Susana Díaz y quien tenga a bien presentarse para liderar el PSOE en los próximos años.

Bajas en el sanchismo

Este domingo se conoció que el ex secretario de Organización con Alfredo Pérez Rubalcaba y senador Óscar López se pasaba a la candidatura de Patxi López actuando como su director de gabinete.

En los últimos tiempos había sido uno de los más estrechos colaboradores de Sánchez. También relevante para el sanchismo es la presencia en la candidatura de López de Rafael Simancas.

Ambos son, junto con el exconsejero de Interior del Gobierno vasco, Rodolfo Ares, las caras visibles del proyecto de Patxi López en sus primeros compases.

El movimiento de Óscar López o de Rodolfo Ares, por esperado que sea su presencia junto al exlendakari, ejemplifica uno de los problemas que está experimentando Sánchez: el goteo de bajas de primeros espadas tras su candidatura.

Estas salidas se unen a las de su antiguo número dos, el secretario general de La Rioja, César Luena; la presidenta de Baleares, Francina Armengol; la líder del PSE, Idoia Mendia, y, sobre todo, la anunciada «»neutralidad» del PSC de Miquel Iceta.

La baza de Sánchez ya no se encuentra en el poder orgánico, sino en los militantes.

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