Parece que el nuevo nombre de que hace ahora alarde está estampado en su DNI desde que concurrió a las europeas en 2015, aunque ha pillado por sorpresa este martes 4 de abril de 2017 a más de uno en el Congreso, cuando ha anunciado a bombo y platillo ante la prensa que ya no se llama Pablo Manuel Iglesias, sino Pablo Iglesias a secas, para chinchar quizá a los adoradores del fundador del PSOE.
Así, como hiciera antaño el republicano Carod Rovira, con su «Yo me llamo Josep Lluís aquí y en la China Popular», exclama a los cuatro vientos que «Yo me llamo Pablo».
Lo hace, según dicen los de su partido, ya que «los dos nombres pueden dar lugar a confusión a la hora de las votaciones».
Por lo tanto el uso de su nombre más conocido facilitaría supuestamente el reconocimiento del más que famoso Pablo.
Lo cierto es que el nº1 de la formación morada ha decidido eliminar su segundo nombre de manera oficial en el Registro, según confirman fuentes oficiales del partido.
Es un dato manejado habitualmente que el dirigente del partido morado contaba con un nombre compuesto y así se puede apreciar en muchos documentos oficiales que el mismo ha publicado.
Y en la actualidad Pablo Manuel sigue apareciendo con ambos nombres en la página oficial del Congreso de los Diputados.
Incluso en la página web oficial de la Casa Real se hace referencia al líder político por su nombre de nacimiento.
La declaración de la renta, documento cumplimentado por él mismo es un ejemplo claro de que usaba su segundo nombre en trámites legales.
