Gabriel Rufián es ese ser llegado a la política para abrir mucho la boca y decir muchas barbaridades, cuando además es uno de los que más debería callar. El rufián independentista no deja de dar alegrías a los contrarios al delirante independentismo, y disgustos a los odiadores de España. El tremendo ‘zasca’ de un foro de guardias civiles al bocazas de Rufián que le deja con cara de acomplejado.
La última del fenómeno de ERC la apreció con buen ojo la periodista Ana Isabel Martín en EsDiario, recordando que Gabriel Rufián dijo pasadas las elecciones de septiembre de 2017 que en 18 meses habría completado su trabajo y dejaría su escaño en el Congreso de los Diputados. Es decir, ya va 40.000 euros tarde. Un tuitero le amarga a Rufián su fiesta por el referéndum separatista con un contundente ‘zasca hemeroteco’.
Pero Rufián sabe que se vive demasiado bien al calor de la Cámara Baja, que hay cámaras, tiene intervenciones, se puede lucir y se gusta mucho preparando sus diatribas. Así que de ahí la interpretación de EsDiario, de que en marzo de 2017 Rufián debería haber abandonado su cargo, de modo que ya debe a los españoles cinco nóminas, tal y como dijo y escribió por activa y por pasiva.
El desglose de lo que Rufián se lleva para su casa es de lo más atractivo:
La nómina mensual del portavoz adjunto de ERC en el Congreso asciende a 7.848,99 euros; de los que 1.842,10 son libres de impuestos, limpios.
Rufián percibe del Congreso 6.006,89 euros brutos al mes en 14 pagas por tres conceptos distintos: 2.842,01 como cualquier diputado; un plus de 2.107,94 como portavoz adjunto del grupo parlamentario de ERC (1.438,87 euros en concepto de gastos de representación y otros 669,07 para gastos de libre disposición); y otro plus de 1.056,94 como cualquier diputado portavoz de Comisión. En su caso en las de Defensa e Interior.
A ello hay que sumar otros 1.842,10 euros mensuales libres de impuestos en concepto de indemnización por ser de una circunscripción distinta a Madrid. En su caso, Barcelona.
