Íñigo Urkullu, el Síndic de Greuges y el arzobispo de Barcelona han desmentido a la secretaria general de ERC: ninguno le habló de "muertos en las calles"

La Iglesia y otros ‘divinos testigos’ de Rovira la dejan como una mentirosa redomada

La Iglesia y otros 'divinos testigos' de Rovira la dejan como una mentirosa redomada
Marta Rovira. PD

La han pillado una vez más con el carrito del helado. El lehendakari Íñigo Urkullu,  el Síndic de Greuges y el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, han desmentido a la exaltada secretaria general de ERC.

Marta Rovira aseguró tan campante que el Gobierno había amenazado al exGovern de la Generalitat con «violencia extrema con muertos en la calle» si, tras el referéndum del 1 de octubre, no ponía fin al proceso independentista. (La ‘llorica’ Rovira ha perdido definitivamente el juicio y acusa a Rajoy y al Ejército de haber amenazado a Puigdemont con «muertos en las callese).

Desde, el Síndic de Greuges (que vela por el buen funcionamiento de las Administraciones en Cataluña), Rafael Ribó ha sido quien ha negado que la institución avisara al Govern cesado en tales términos, saliendo así al paso de las informaciones publicadas en este sentido por el diario Ara.

Ribó ha dicho en una entrevista en Catalunya Ràdio que sólo habló de «contundencia», nada más.

Por su parte, fuentes del gobierno vasco han asegurado a ‘El Periódico de Catalunya’ que Urkullu en ningún momento tuvo conocimiento de que el Ejecutivo español amenazara al Govern con «muertos en la calle» si salía adelante la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). (Monedero acusa a Rajoy de franquista y se queda con las ganas de apoyar las falaces diatribas de Marta Rovira).

Estos posicionamientos, tal y como se hace eco ‘El Español‘, se suman al comunicado que emitió el pasado sábado el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, quien negó «categóricamente» que en su intento de mediación entre el gobierno catalán y el español antes de la DUI se advirtiera de violencia del Estado.

En un escueto comunicado emitido por el Arzobispado de Barcelona, el cardenal desmentía «las noticias aparecidas en diversos medios de comunicación sobre las informaciones de violencia de Estado, en caso de que el gobierno de la Generalitat hubiese hecho una DUI».

Urkullu ha defendido incluso que se estuvo «muy cerca de una solución» a la crisis institucional en Cataluña. Y, según recoge El Periódico, tanto el Gobierno vasco como el PNV estaban convencidos de que el Govern iba a convocar elecciones anticipadas y evitar la DUI, una decisión que finalmente no se produjo para sorpresa y decepción de los nacionalistas vascos.

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, denunció el viernes en los micrófonos de RAC1 que el Gobierno «amenazó» por «múltiples vías» con enviar al Ejército y con «muertos en las calles» si el Govern mantenía sus planes de la declaración unilateral de independencia, un escenario de «violencia extrema» que «no estábamos dispuestos a asumir».

Enseguida, el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, calificó estas afirmaciones de «burda patraña», negó rotundamente las acusaciones, y afirmó que «los dirigentes secesionistas están acostumbrados a mentir».

También el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo que las afirmaciones de Rovira son «una vergüenza. Ya no hay calificativo que tenga para aplicar a esa afirmación. Dejémoslo en que es absolutamente falso. Es una enorme mentira y, sobre todo, es una vergüenza».

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