Bajo el paraguas del periodista Máximo Pradera, y ajeno aún al chaparrón que le esperaba, Pablo Iglesias se sinceró como nunca el 7 de mayo de 2018, -apenas dos días antes de firmar con Caja de Ingenieros la hipoteca de su casoplón-, en el Círculo de Bellas Artes madrileño, mientras el primero presentaba bajo el seudónimo de Joseph Gelinek ‘Las dos muertes de Mozart’, un thriller musical en el que investiga qué hay de cierto en esa histórica rivalidad entre el genial compositor austríaco y el veneciano Antonio Salieri. (Un escalofriante hilo de Twitter arroja la sombra del blanqueo sobre el casoplón de Iglesias y Montero).
El autor oculto tras la máscara del citado compositor y pianista checo, resultó ser en realidad el mismísimo líder de Podemos, quien dejó claro cómo se las gasta aprovechando las sombras del atónito auditorio, y creyéndose quizá que sus palabras no verían la luz ya que era un foro de carácter íntimo. Ahora, Pradera saca la cara por él tras rescatar el vídeo del evento ‘OkDiario’ (Los ayatolás iraníes le suben el sueldo al fiel Iglesias por si lo condenan a la horca).
Lo que dijo @Pablo_Iglesias_ es que el caso Salieri demuestra que en política el que manda – en su caso, los Habsburgo – es el que impone el relato, aunque sea falso e injurioso @okdiario
Por cierto, mi novela se llama «Las dos MUERTES de Mozart» https://t.co/BEwqKj7X8z
— Max Pradera (@maxpradera) 22 de mayo de 2018
Su tesis no deja lugar a dudas, sin embargo. La pareja de Irene Montero no oculta que en política
«cualquiera que aspire a tener poder tiene que dotarse de los instrumentos suficientes para establecer una verdad que puede no tener que ver absolutamente con los hechos, pero que fija las perspectivas y la manera de entender los acontecimientos de todo el mundo. En política lo importante es la fijación del relato… asumamos todos el más absoluto desprecio a la verdad».
Su aseveración viene al pelo para poner una vez más en evidencia la incongruencia entre el discurso de Podemos y el polémico chalé de 600.000 euros del ala. (El generoso banco de Iglesias estafó cinco millones a unos ancianos con las facultades mentales mermadas).
El dirigente reconoció que en el seno de Podemos se había suscitado el debate «sobre si la verdad tiene algún tipo de importancia en la política«, y en su reflexión, opinó que
«todo el mundo sabe que la guerra fundamental en la política, la comunicación o la cultura es la fijación del relato».
«Los que practican la política pueden tener la tentación de decir: qué más da lo que ocurriera realmente. Ya no es una batalla por los hechos, ni por su interpretación, sino por el relato».
