Ya se conoce tanto el importe que dejaron sin pagar como los platos y las bebidas consumidas por los miembros de un piquete informativo que hicieron un ‘simpa sindical’ el 14 de noviembre de 2012 en Granada con la excusa de la huelga general —Un piquete se pega «un banquetazo» y se marcha sin pagar: «Existen razones para no utilizar dinero hoy»— . A tenor del número de bebidas, no eran muchas personas, por lo que queda claro que se pusieron ‘las botas’ en lo que se refiere a la comida.
Como recordaba Periodista Digital al día siguiente de la huelga, el poeta mexicano Francisco de Icaza es autor de uno de los versos más conocidos en honor a la ciudad de La Alhambra: «Dale limosna, mujer, / que no hay en la vida nada / como la pena de ser / ciego en Granada». Y ciegos se pusieron los miembros del piquete, identificados con pegatinas de CCOOO y UGT. Eso sí, pena no sintieron alguna. Tampoco en el sentido que tiene esta palabra en algunos países americanos como Cuba, donde ‘sentir pena’ significa ‘sentir vergüenza’.
Y efectivamente, no se puede sentir vergüenza alguna para pedir las siguiente bebidas y comidas y después no pagar: una copa de Rioja crianza y otra de vino blanco, dos tubos de cerveza, media razón de verduras a la plancha, otra media de calamares fritos y la misma medida de endivias con anchoas, así como una ración completa de rape frito. La factura ascendió a 42.5 euros que el restaurante no llegó a cobrar. La factura se imprimió a las 15:22 horas.
Tal como informó el portavoz del equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Granada, el popular Francisco Ledesma, el dueño del local víctima de los sindicalistas gorrones comunicó a las autoridades municipales de lo ocurrido. Aunque no se ha hecho público el nombre del establecimiento, se sabe que es uno muy conocido de la ciudad de La Alhambra.
Tras saciar el hambre y la sed, y quien sabe si pensando que le hacían un favor al dueños del establecimiento por no pedir un café o un licor para rematar el ‘homenaje’ que se habían dado, los miembros del piquete se marcharon. Eso sí, lo hicieron antes cumpliendo su labor informativa. Eso sí, no informaron sobre los motivos de la huelga sino sobre sus peculiares razones para no pagar. Y lo hicieron por escrito, utilizando para ello una servilleta que colocaron junto a la cuenta:
Creemos que existen razones para no utilizar el dinero en el día hoy, somos simpatizantes con su negocio, pero somos simpatizantes más con la huelga general.
Muchas gracias por la comprensión.
Es de suponer que el dueño del establecimiento hubiera preferido menos ‘simpatizantes’ caraduras y más clientes cumplidores a la hora de pagar, por mucho de demostraran educación agradeciendo que fuera comprensivo con ellos. No resultaría extraño que poco después alguien hubiera visto por las calles de Granada a unos cuantos piqueteros cantando un nuevo eslogan: «Huelga general, simpa sindical».