Agentes de la Policía Nacional han registrado, sin éxito, una finca colindante a la playa de Coroso, en Ribeira (La Coruña), tras la denuncia de un vecino que contó que hace un año, cuando desapareció la joven Diana Quer, creyó haber visto cómo enterraban algo en ese solar.
Fuentes de la investigación han señalado que en este rastreo hubo perros entrenados en la búsqueda de restos humanos y corroboraron que la persona que aportó esta pista la facilitó al constatar que habían desbloqueado el teléfono de la chica, por si podía servir de algo.
Este rastreo se produce en el marco de la investigación abierta a raíz de la desaparición el 22 de agosto del año pasado de la joven madrileña cuando veraneaba con su madre y su hermana pequeña en el municipio vecino de A Pobra do Caramiñal.
La semana pasada el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil (SECRIM) logró desbloquear el teléfono móvil de la joven que fue hallado por un mariscador el 27 de octubre en la zona del puente de Taragoña, a unos 20 kilómetros de A Pobra do Caramiñal.
Los investigadores esperan que la información que se obtenga del terminal y se analice permita que se pueda seguir una línea de investigación o descartar alguna de las abiertas.
El abogado de Diana López Pinel, la madre de Diana Quer, ha asegurado este martes que aún no se ha iniciado el análisis del contenido del móvil de la joven después de que se haya logrado desbloquear. «El análisis será laborioso y los resultados tardarán», ha destacado el letrado Pedro Víctor de Bernardo.
El delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, aseguró el lunes que «la Guardia Civil no dejó de investigar ni de trabajar en el caso» y ha confirmado que con estos nuevos datos «no se va a dejar en ningún momento».
