La chica, de sólo 16 años y que convivía con su abuela en Santa Cruz de Tenerife, utilizó la medicación de su yaya para quitarse la vida

El suicidio de la humilde Zulima, una niña acosada en un ‘colegio bien’ por faltarle una pierna

La principal hipótesis de la Policía es que se trata de un caso de 'bullying'

El suicidio de la humilde Zulima, una niña acosada en un 'colegio bien' por faltarle una pierna
Zulima, con dos trenzas, en la cafetería familiar junto a su madre, Sofía, y una de sus hermanas FB

El centro escolar echa balones fuera: "Sufría una enfermedad que le ha llevado a esta situación"

Un caso muy triste, lamentable. Zulima, una chica de 16 años que sufría una discapacidad al faltarle una pierna, se quitó la vida el 19 de noviembre de 2017 en la humilde casa de su abuela, en Santa Cruz de Tenerife, usando las medicinas que la señora empleaba para  mejorar su calidad de vida como consecuencia del paso del tiempo.

Zulima iba a un colegio «para gente bien», explican a ‘El Español‘ desde una asociación de padres y madres de la ciudad. Las chicas habían llegado al centro Pureza de María a raíz de una medida de cupos.

Pero la niña, que actualmente cursaba cuarto de la ESO, no era feliz.

«Sufría bullying por parte de un grupo de niñas», relata una madre de una compañera que prefiere mantenerse en el anonimato, afimación que comparte la policía.

Se reían de ella por su condición física.

Recientemente, una compañera la trataba de ridiculizar a través de la red social Instagram. La niña, hija de una conocida familia hindú de Santa Cruz de Tenerife, subió una fotografía de la prótesis de su compañera. Este fue el único momento en el que la dirección del centro actuó: expulsó a la acosadora durante tres días e hizo desaparecer la imagen de la aplicación. Zulima «llevaba una de esas piernas ortopédicas que llevan un zapato grande, con suplemento. Ese era el origen de las burlas que sufría en el colegio».

«El colegio no tiene nada buena fama con respecto al bullying a pesar de ser de gente bien. Cuando se ha sospechado que ha habido un caso de acoso, e incluso ante la evidencia, desde la dirección siempre se ha optado por silenciarlo más que por sacarlo a la luz»,

cuenta la madre de un menor del centro que sufrió bullying hace tres años.

Así, el lunes 20, a las pocas horas de que Zulima decidiera quitarse la vida, la dirección de este colegio decidió echar balones fuera y emitir un comunicado por la megafonía del centro, en el que relacionaban la fatal noticia con que «la alumna sufría una enfermedad que le ha llevado a esta situación, además de graves problemas personales».

Que la chica «ha expresado, en diversas ocasiones, su gratitud hacia el profesorado, el equipo de coordinación y de tutores por la dedicación y el acompañamiento que se le ha procurado». Que Zulima «ha contado en todo momento, y durante años, con el seguimiento cercano del Departamento de Orientación». Que se ruega «una oración por el descanso» de la chica. Que ellos, en definitiva, no tienen nada que ver con el bullying que sufría la menor.

El mensaje indignó a varios de los alumnos y mostraron su disconformidad, tanto en el aula como en redes sociales. Los chicos lo comentaban en el recreo. También en la calle volviendo a casa. Incluso en distintas aplicaciones móviles aparecían mensajes sobre todo lo que sufría Zulima.

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