La familia había adelantado 1.500 euros para una espectacular ceremonia gitana rumana, pero debía 8.000 más al restaurante. Los propietarios del local confiaban en que al día siguiente irían a abonar el resto, porque el padre «no se encontraba en condiciones», pero a día de hoy no hay ni rastro de la familia.
«La familia del novio, encargada de correr con los gastos, estuvo desde marzo a mayo negociando el precio y condiciones de la celebración».
Eso último lo añade La Vanguardia citando fuentes de la comisaría donde se ha denunciado el caso.
Más de 200 invitados que disfrutaron de un banquete, por todo lo alto, que comenzó a las seis de la tarde y acabó bien entrada la madrugada. Los hosteleros aseguran que la celebración se desarrolló sin ningún incidente.
La novia llevaba para la ocasión un vestido con piedras de Swarovski, según el diario La Voz de Galicia, que añade que se había hecho venir en avión privado a un famoso cantante rumano para amenizar la velada.
El menú estaba compuesto de merluza y chuletas de cordero, además de gran cantidad de bebidas alcohólicas, a pesar de que inicialmente acordaron traer ellos la comida.
El mismo medio explica que la pareja que se casó lleva tiempo en Viveiro, donde viven con otros rumanos, sin que conste domicilio ni ocupación.
Aunque se emitieron y firmaron facturas sobre el banquete y los restauradores tenían varios teléfonos de contacto, ahora no dan respuesta ni tampoco hay rastro físico de los implicados.
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