El 19 de abril del pasado año el presidente del Govern, José Ramón Bauzá, destituyó fulminantemente a Maria Marqués, interventora general de la Comunidad Autónoma.
El motivo no era otro que una extraña rueda de prensa en la que la mujer aseguró que Bauzá había pactado con la exministra de Economía, Elena Salgado, la ocultación del déficit real a modo de deuda con los proveedores, que ascendía a 1.500 millones de euros, y no a 1.104 millones como se dijo en su día.
Ahora hace lo propio, dimitir se entiende, Antonio Valdivieso, sucesor de ésta. Aduce simplemente «motivos personales» y se reincorpora tranquilamente a su plaza de funcionario en el mismo departamento.
Valdivieso pasará seguramente por la sede del PP balear de la calle Palau Reial para ‘visitar’ al gerente y cobrar así su finiquito, cosa que hizo Marqués, según algunos testigos, con lágrimas en los ojos y en un evidente estado de nerviosismo tras lo acaecido.
Muchos se preguntan qué está pasando con tantas dimisiones, despidos encubiertos en la mayoría de las veces, con ese malestar que reina por doquier a lomos de un temor que galopa en derredor de la órbita que circunda al presidente.
Y es que como una secta, para algunos, funciona ahora el poder en Baleares, y a los díscolos o críticos no les queda otra salida más que la puerta, aunque ahora se lleva mucho también el ser defenestrado con unas amables palmaditas.
Antes de dejar para el lector, y como recuerdo, las palabras de Marqués en aquella memorable rueda de prensa, sacar a colación también que, últimamente, cobra fuerza el rumor de que unas misteriosas grabaciones están a punto de ver la luz en un medio independiente.
«Se aprueba el plan y nos dicen que esperan que no seamos como Castilla-La Mancha y ‘no saquéis facturas de los cajones ni cosas extrañas. Queremos que nos deis lo mínimo, lo oficial, lo concreto, no más’. Teníamos dos posibilidades. Una de dos. O sacábamos efectivamente todo lo que había de deuda: los 1.104 millones, facturas en los cajones de 409 millones, más toda la deuda pendiente de los entes; o nos parábamos en los 1.104 millones. Si vamos sumando, sale muchísimo más, pero muchísimo más, que esos 1.104 millones. Eso para empezar. Es el porqué no se dijo, por prudencia».
«Si hubiéramos sido exhaustivos y no hubiéramos sido prudentes, no ya por el bien de la comunidad sino por el bien de España en su conjunto. Porque estábamos y seguimos estando, con la Comisión Europea detrás. A España le hacíamos daño y el Ministerio de Hacienda nos pidió que cualquier información que saliera de una Comunidad Autónoma o un ayuntamiento, por pequeño que sea, nos resta credibilidad».
«No me gusta expresarlo así, pero fue una medida que el presidente Bauzá incluso pactó con Elena Salgado. Le prometió que sólo se haría pública esa información, no todo lo demás, para no crear alarmas innecesarias».
