El GOB ha denunciado que el documento inicial del nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Nacional de Cabrera plantea rebajar limitaciones vigentes para atender demandas de uso público que generarán más presión sobre los recursos naturales.
La entidad ecologista ha explicado en un comunicado que el parque nacional cuenta con un PRUG caducado pero prorrogado desde 2012 y el documento inicial de diagnóstico planteado para elaborar uno nuevo recoge 30 medidas sobre uso público e infraestructuras y sólo 12 referidas a otras cuestiones entre las que figuran la conservación y el seguimiento.
DESGLOSE DE DESPROPÓSITOS
El GOB critica que la propuesta remitida a los miembros del Patronato de Cabrera para que formulen sugerencias incluya un 71 % de medidas sobre uso público e infraestructuras y solo un 29 % relativas a otras cuestiones aunque al evaluar la gestión de los años pasados el propio documento indique que las materias con «mayores déficit» han sido la conservación y evaluación.
La entidad ecologista considera que el enfoque del nuevo PRUG dará prioridad a los usos públicos con un régimen de autorizaciones «adaptable» a la demanda y con actuaciones como rebajar el grado de protección de algunas zonas para permitir nuevos itinerarios, habilitar el acceso de personas en la playa de Es Burri o instalar una nueva desaladora de mayor capacidad.
VISITANTES
El documento también plantea modificar la capacidad de acogida de visitantes del parque, posibilitar el fondeo sobre la arena en Es Burri, habilitar el Moll del Pagès para el desembarco de embarcaciones auxiliares, posibilitar el desembarco de animales domésticos y habilitar la explanada del puerto para realizar eventos.
Según el GOB, otras propuestas son revisar al alza la regulación del buceo (número de zonas y buceadores autorizados), facilitar el transporte para el desembarco de los navegantes que no dispongan de embarcación auxiliar, instalar de boyas para grandes esloras y facilitar la realización actividades deportivas en el parque.
El grupo ecologista critica que
«parece que la Conselleria quiera incorporar al nuevo PRUG las modificaciones y previsiones que hagan falta para satisfacer todas las demandas de uso público que se le hayan presentado», mientras no se abordan los «déficit evidentes que el parque está sufriendo en medidas de conservación, vigilancia y seguimiento de los hábitats y especies».
«UNA COMBINACIÓN NEFASTA»
El GOB califica la propuesta como «una combinación nefasta» que resulta
«inconveniente para conservar adecuadamente la joya ambiental que es el Parque Nacional de Cabrera y generará una pérdida de calidad ecológica y ambiental».
Según los ecologistas, la Conselleria confunde el término «gestión adaptativa», relativo a la necesidad de aplicar un modelo de conservación dinámico para adaptarlo a los cambios ambientales en los ecosistemas y lo reinterpreta para
«adaptar la normativa y la gestión de los espacios protegidos a las demandas de uso público».
Con este enfoque, la conservación y el seguimiento de la biodiversidad, que son objetivos primordiales dentro de una gestión racional de los espacios protegidos
«pasan a jugar un papel marginal en este nuevo modelo de gestión de parques y reservas que lleva a cabo la Conselleria».
En opinión del GOB, la propuesta de plan de gestión de Cabrera
«abre la puerta, bajo demanda, a nuevos usos públicos que en la mayoría de ocasiones generarán más presión sobre los valores naturales, contribuirán a la pérdida de naturalidad afectando también la calidad de la visita, y en general complicarán aún más la conservación de los espacios protegidos».