Hace poco un celador de un hospital se ahorcó en los baños del centro tras ser despedido
La ola de suicidios en Baleares va en aumento, aunque en muchos casos se silencian los óbitos por parte de los familiares, y la Policía y Guardia Civil prefieren mantener también esta actitud de cara a los medios de comunicación.
El último de ellos ha tenido por protagonista a un comerciante de Palma que apareció el pasado lunes sin vida en una zona de es Carnatge, al parecer ahorcado. Se da la circunstancia de que en uno de sus bolsillos llevaba una orden de desahucio emitida por un juzgado, que le obligaba a abandonar el local que llevaba regentando desde hacía muchos años en una céntrica calle de nuestra ciudad.
El juzgado número 2 se ha hecho cargo de las pertinentes pesquisas, y el forense ha certificado en las últimas horas el suicidio.
Según fuentes policiales consultadas por este diario el infortunado llevaba varios meses sin poder hacer frente a los pagos de su negocio, circunstancia que según parece ha sido el detonante de su fatal decisión.
Hace pocas semanas otro comerciante, también del centro de Palma, se quitaba la vida por idénticas razones. Era el propietario de una tienda de servicio de comida. Un celador de un hospital palmesano, que iba a ser despedido, se ahorcó asimismo hace escasos días en el cuarto de baño del mismo centro sanitario tras recibir su finiquito.