Han recorrido durante hora y media los jardines y el interior del museo, que reconstruye la vida rural tradicional mallorquina
La primera aparición pública de Don Felipe y doña Letizia con sus hijas, desde que los cuatro se encuentran en Mallorca, ha tenido lugar este lunes con la Granja de Esporles como escenario de fondo.
Uno de los posados más esperados del verano ha servido así para que las niñas visiten este espacio rural donde a través de los jardines y el interior del museo se reconstruye la vida rural tradicional mallorquina a través del tiempo, desde la época de la dominación árabe hasta mediados del siglo XX, tras la gran reforma llevada a cabo en el siglo XVIII.
ATUENDO DESENFADADO
La Princesa Letizia, que además de dejarse ver recientemente en la Escuela de Calanova hizo lo propio días pasados durante el incendio de Andratx, ha lucido un look muy sport para disfrutar de una tarde con sus hijas y su marido, con una blusa blanca, pantalón pitillo azul mint y sandalias con pedrería.
El Príncipe Felipe acudía a la granja con vaqueros, camisa blanca y menorquinas, el calzado típico balear, y ha animado a sus hijas durante el recorrido a tocar uno de los caballos que se han encontrado a su paso.
A la entrada del recinto, los Príncipes han sido recibidos por el propietario de la finca, Cristóbal Seguí, a quien Leonor, dicharachera ella, le ha comentado su experiencia en una reciente visita a una granja escuela, en la que, según le confesó, se había ensuciado sus deportivas blancas.
La casa es una mezcla de estilo señorial y rústico, y fue abierta como museo en 1968. Dispone de un claustro con un surtidor natural y de un jardín botánico en el que crece un tejo milenario. Hay además una sala de instrumentos de tortura de la Inquisición, en el sótano.