No puedo olvidar a los chicos de Cromañón, a sus padres y a sus familiares
El papa Francisco envió un mensaje para las familias de las víctimas de Cromañón, en el que alentó a renovar la esperanza y aseguró que «las heridas duelen y más todavía cuando no se tratan con ternura» y no pueden «esconderse ni ocultarse».
El mensaje fue leído este lunes por el obispo Jorge Lozano, quien por mandato de Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, acompañó espiritualmente a las familias desde el momento de la tragedia.
El pontífice argentino pidió que «sepamos tratar con cuidado y ternura todas las heridas. Están allí: no es posible esconderlas ni negarlas» y sostuvo que «sólo una tierna caricia desde nuestro corazón, con silencio y respeto, puede aliviar».
«No puedo olvidar a los chicos de Cromañón, a sus padres y a sus familiares» de las 194 víctimas, dijo el Papa y pidió a monseñor Lozano que les haga llegar su «recuerdo y cercanía».
Francisco rogó a Dios que les acerque a todos «su consuelo cálido de padre y nos enseñe a todos a no quedarnos solos sino a seguir buscando la compañía de los hermanos» y les deseó una «santa Navidad» y que «Jesús los bendiga y la Virgen los cuide».
«Por favor, no se olviden de rezar por mí», cerró su mensaje en medio de aplausos en la catedral metropolitana, donde el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, presidió la misa en memoria de las víctimas de la tragedia del 30 de diciembre de 2004.
En el marco de la eucaristía, los familiares acercaron al altar 194 velas al altar, una por cada una de las víctimas mortales del incendio en el local de Once durante un recital del grupo Callejeros.
La conmemoración del siniestro en el local de Once comenzó ayer con la proyección del documental «La lluvia es también no verte…» sobre la calle Bartolomé Mitre, en Once, a metros de donde se encontraba el boliche Cromañón y siguió hoy con una jornada de «arte participativo» en Plaza de Mayo.
Allí se pintaron y estamparon remeras alegóricas al trágico incendio y hubo espectáculos musicales, mientras un grupo de baile guiados por tamboriles interpretó una coreografía con remeras con la leyenda «Los tambores no callan».
Inmediatamente después de la tragedia, las iglesias fueron las primeras en reaccionar en forma institucional frente a quienes exigían respuestas y buscaban consuelo.
El siniestro, según denunciaron en los días siguientes, puso al descubierto la corrupción, impericia y omisiones del poder político de la ciudad.
Algunas horas después del hecho, el entonces papa Juan Pablo II envió un telegrama en el que expresó su «profundo pesar» por las numerosas muertes jóvenes.
En la madrugada del 31 de diciembre de 2004, Bergoglio, hoy papa Francisco, visitó a heridos en hospitales y cada tanto presidió misas durante el aniversario.
Bergoglio también expresó su cercanía con el líder de Callejeros, Patricio Fontanet, a quien escribió en varias oportunidades o llamó al penal de Ezeiza, aún después de ser proclamado Papa.
Texto íntegro del mensaje del Papa
A mons. Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú y Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS).
Querido hermano:
«En estos días en que se renueva la esperanza no puedo olvidar a los chicos de Cromañón, a sus padres y a sus familiares. Sé que vos estás muy cercano a ellos y por eso te pido que les hagas llegar mi recuerdo y mi cercanía.
«Las heridas duelen y más todavía cuando no se tratan con ternura. Mirando a Jesús niño, todo ternura, pido para con todos ellos esta actitud: que sepamos tratar con cuidado y ternura todas las heridas. Están allí: no es posible esconderlas ni negarlas. Sólo una tierna caricia desde nuestro corazón, con silencio y respeto puede aliviar.
«Y como la máximo ternura es la de Dios pidámosle a Él que a cada uno les acerque su consuelo cálido de padre y nos enseñe a todos a no quedarnos solos sino a seguir buscando la compañía de los hermanos». «A vos y a ellos les deseo una santa Navidad. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
«Y, por favor, no se olviden de rezar por mí».
Fraternalmente,
Francisco.