La inocencia se presume, y en este caso, ha quedado probada después de mucha investigación, tanto a nivel de la justicia civil de los EE.UU. como la de la Iglesia.
(Rogelio Livieres, obispo de Ciudad del Este).- El Padre Carlos Urrutigoity es un sacerdote incardinado en mi Diócesis de Ciudad del Este, Paraguay, y es Superior de las Comunidades Sacerdotales de San Juan. Recibí a estas Comunidades a pedido de la Santa Sede, por una carta del Cardenal Francis Arinze, de fecha 2 de abril 2005.
Desde el 2001 hasta el 2005 hubo una fuerte campaña de difamación en Internet contra este sacerdote, al que se lo acusaba de supuestos abusos de orden sexual. Como este material ha comenzado a ser difundido por algunos inescrupulosos entre los fieles de Ciudad del Este, es mi responsabilidad dejar bien en claro la verdad del caso.
He dedicado mucho tiempo y energía a investigar el caso del Padre Carlos Urrutigoity. Dado el carácter dramático de las acusaciones aparecidas en Internet, era mi deber como Obispo estar seguro de su inocencia antes de aceptarlo definitivamente en mi Diócesis. Además, me resultó un caso muy interesante porque soy abogado civil y tengo un doctorado en derecho canónico. Por lo tanto, me informé detalladamente de los pormenores del caso y consulté con personas expertas, tanto en lo profesional jurídico como en la vida sacerdotal y religiosa, quienes al mismo tiempo conocían en profundidad todo el asunto. Ellas también me recomendaron encarecidamente a las Comunidades de San Juan, y al Pbro. Urrutigoity en particular. Trabajé en esta materia estrechamente con el Nuncio Apostólico, quien estuvo siempre muy bien informado de todo, y sólo procedí con su permiso. Estoy seguro no sólo de la inocencia del Padre Urrutigoity, sino de su idoneidad para el ministerio sacerdotal -todos hemos comprobado aquí en Ciudad del Este que es un muy buen sacerdote, fiel a su vida de oración y dedicado por completo al trabajo con los fieles.
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