Guido y los 400 que todavía faltan fueron robados a sus madres durante el terrorismo de Estado o "guerra sucia"
(Luis Badilla, Tierra de América)- Mons. José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y actual Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, recibió ayer a las Abuelas de Plaza de Mayo encabezadas por Estela de Carlotto y en el curso del encuentro el prelado ratificó su intención de seguir colaborando con la justicia, con las mismas Abuelas y con otros organismos para aclarar la suerte de muchos niños -hoy adultos- que fueron robados a sus madres durante el período de la dictadura militar.
En este contexto, mons Arancedo renovó también el llamamiento a todas las personas, y en especial a los católicos, que estén en conocimiento de alguna información sobre estos niños sustraidos de manera ilegal o sepultados clandestinamente, para que informen lo antes posible a las autoridades correspondientes.
El arzobispo de Santa Fe expresó asimismo la alegría de la iglesia local y un afectuoso saludo a la señora Carlotto, quien recientemente pudo abrazar a su nieto desaparecido hace más de tres décadas.
Ignacio (Guido) Montoya Carlotto fue secuestrado y robado a su madre inmediatamente después de su nacimiento, durante la época del terrorismo de Estado o «guerra sucia» (Guido y los 400 que todavía faltan, al igual que Ana, la número 115 ).
A pedido de las abuelas argentinas, mons. Arancedo grabó también ayer un breve mensaje -que será difundido en los próximos días como spot de una campaña de las Abuelas de Plaza de Mayo- donde reitera los conceptos del documento episcopal de 2012 y exhorta a todos, a ejemplo de Jesús, a trabajar «por la verdad, la justicia y la paz».
Haciendo referencia al punto 8 del documento citado, el Presidente de la Conferencia Episcopal afirma: «Nos sentimos comprometidos a promover un estudio más completo de esos acontecimientos, a fin de seguir buscando la verdad, en la certeza de que ella nos hará libres. Por ello nos estamos abocando a revisar todos los antecedentes a nuestro alcance.
Asimismo -agregó el arzobispo- alentamos a otros interesados e investigadores, a realizarlo en los ámbitos que corresponda. De nuestra parte, hemos colaborado con la Justicia, cuando se nos solicitó información, de la cual podíamos disponer. Además, exhortamos a quienes tengan datos sobre el paradero de niños robados, o conozcan lugares de sepultura clandestina, que se reconozcan moralmente obligados a acudir a las autoridades pertinentes«.