El Papa nos ha dicho que prefiere una Iglesia herida que no una Iglesia dormida. Es mucho más cómodo quedarse calladitos, durmiendo, pero así no avanzamos nada
(Reflexión y Liberación).- A pocos días de la toma de posesión oficial del nuevo obispo de Osorno, Juan Barros Madrid, se multiplican las llamadas al Papa Francisco y al propio obispo. El sacerdote osornino Peter Kliegel, solicita al Papa que «revierta la situación» y monseñor Juan Luis Ysern, obispo emérito de Ancud, le pide al prelado que renuncie, porque no podrá cumplir con su misión de obispo. Reproducimos, a continuación, la entrevista al obispo Ysern y la carta al Papa del presbítero Kliegel.
Entrevista a don Juan Luis Ysern, obispo emérito de Ancud
P: Muchas gracias, don Juan Luis, por conversar con Radio Austral de Valdivia. La situación sufrida por la comunidad de Osorno, con motivo del nombramiento de su nuevo obispo, me permite llamarlo para complementar los diversos y variados puntos de vista de todos los protagonistas de la opinión pública, con los comentarios de Ud. Durante los años que trabajé en comunicaciones, en la Iglesia de Chiloé, cada vez que necesité una información relativa a la vida de la Iglesia según sus normas, desde todo el país siempre lo mencionaron a Ud. como una persona especialmente calificada para analizar estos temas.
R: Ya veo estimado Miguel, que comienzas con toda una justificación, explicando la razón por la que me llamas para hablar sobre este tema. Ciertamente son muchas las entrevistas mantenidas en tiempos pasados a través de radio Estrella del Mar. Entiendo perfectamente la confianza, muchas gracias, y no tienes que justificarte ante mí. Además nos permitirá reencontrarnos en un estudio de radio, como lo hacíamos habitualmente en Ancud. Pero antes de comenzar con el tema, permíteme aprovechar la oportunidad para saludar a todos los que nos escuchan y de una forma muy especial a quienes nos escuchan en Chiloé.
P: Pero ahora el tema es Osorno, monseñor.
R: Tienes razón. Va un cordial saludo a quienes nos escuchan en Osorno.
P. Es un hecho muy notorio que el nombramiento del nuevo Obispo de Osorno ha producido gran descontento y así lo manifiestan públicamente los fieles. ¿Qué piensa Ud., que es correcto que los fieles se manifiesten públicamente de un pronunciamiento hecho por el Papa?
R: A veces la gente reacciona según lo que dicen Uds., sin un verdadero sentido crítico hacia los medios de comunicación social. Puede suceder, por tanto, que esa reacción de la gente no tenga mucha profundidad en sí misma. Hay quienes son expertos en manipulación de masas. En antiguas entrevistas ya hicimos referencia a la responsabilidad de Uds. en orden a despertar sentido crítico. No vamos a entrar en ese tema ahora. Pero, en concreto, si los fieles después de una reflexión profunda se manifiestan con fidelidad a su conciencia y de forma respetuosa, me parece bien que lo hagan.
P: Pero la consideración común es que la manifestación pública de una discordancia con un nombramiento hecho por el Papa es un rechazo al Papa, quien por otra parte, es muy querido. ¿Qué dice Ud.?
R: Precisamente es todo lo contrario. Es el Papa quien nos ha dicho que «armemos lío» para avanzar sobre la verdad. La justicia y el bien, siguiendo al Señor. Solamente sobre esa base podremos conseguir una convivencia armónica, solidaria y fraterna. Es verdad que cuando se arma lío pueden producirse heridas. Pero el Papa nos ha dicho que prefiere una Iglesia herida que no una Iglesia dormida. Es mucho más cómodo quedarse calladitos, durmiendo, pero así no avanzamos nada.
P: Y Ud. ¿Qué piensa del nombramiento de monseñor Barros como obispo de Osorno?
R: Cuando salió su nombramiento yo le envié un mensaje, diciéndole que contara con mi oración para saber cumplir la voluntad de Dios.
P: ¿Qué quiere decir eso?
R: Eso es la tarea de todo cristiano, mantener una actitud de discernimiento teniendo como referencia a Cristo tal como se ha manifestado en el Evangelio.
P: Permítame que haga la pregunta de otra forma. Si Ud. estuviese en el lugar de monseñor Barros, teniendo presente lo que Ud. dice, ¿qué haría?
R: La respuesta, como es evidente, sólo puede expresar mi parecer, absolutamente personal. Yo, viendo la realidad tal como se presenta, no encuentro que sería posible para mí el ejercicio del ministerio episcopal y Dios no pide imposibles. En esta situación, yo le expondría al Papa la realidad y presentaría con esa motivación mi renuncia. En consecuencia no podría aceptar el cargo y se lo diría al Papa. Pero repito e insisto que es mi parecer personal.
P: Entonces Ud. considera que monseñor Barros es culpable de las cosas que lo involucran con el padre Karadima.
R: Son dos cosas distintas. No confundamos. Cuando yo digo que si estuviera en su situación yo renunciaría, me estoy refiriendo a la situación de rechazo que hay hacia su persona. El tema de culpabilidad o no culpabilidad en algo relacionado con el padre Karadima, es un tema que corresponde a los tribunales competentes el pronunciarse después de dar lugar a la defensa. No tengo noticia sobre tribunal alguno que se haya pronunciado o que esté estudiando la causa. Yo no me estoy refiriendo en absoluto a ese punto.
P: Monseñor, en la experiencia de los oprimidos sabemos perfectamente que los culpables de los abusos suelen seguir caminos muy distintos a los de los tribunales, por lo que el desconocimiento del pronunciamiento de algún tribunal, no necesariamente significa un descrédito para los acusadores. El recurso a los medios de comunicación ¿es lo normal?
R: Es un hecho que no se puede negar. Por eso mismo, dada la enorme fuerza que tienen los medios de comunicación social es una gran responsabilidad de Uds. no manipular la opinión pública, teniendo mucho cuidado en no distorsionar la visión de la realidad y, por otra parte, tenemos que ayudarnos todos a mantener el necesario sentido crítico, para el correcto discernimiento. De lo contrario no podremos alcanzar la verdadera convivencia porque sobre la falsedad no se puede construir la paz.
P: ¿Piensa Ud. asistir a la toma de posesión de monseñor Barros como obispo de Osorno?
R: Ciertamente no. Ya dije que según mi personal parecer no es posible el ejercicio del ministerio de obispo en la situación existente en Osorno frente a él. Por tanto, si pienso que no es esta la voluntad de Dios, tampoco puedo hacerme presente en ese momento. Repito otra vez, se trata de una opción mía nada más.
P: Oiga, pero si los demás obispos coinciden con su pensamiento, incluido los que han sido obispos de Osorno y los representantes de la Conferencia Episcopal, ¿no vendría a ser como una especie de reproche al Papa Francisco por haberle nombrado obispo de Osorno?
R: Una vez más repito que lo digo es mi personal pensamiento sin hablar en representación de nadie. Puede haber otras formas de pensar y yo las respeto totalmente. No sé qué es lo que harán los demás, pero aunque piensen igual que yo y no vayan, de ninguna manera significa un desacato o insolencia con relación al Papa. Yo, más bien veo todo lo contrario.
P: Explíquese, por favor, ¿cómo entendería Ud. eso?
R: Yo lo entendería como cumplimiento de lo que ha dicho y enseña el Papa con su ejemplo y sus palabras. El Papa, cada día, se expresa con signos muy precisos con toda naturalidad y sencillez. Signos que todo el mundo entiende sin necesidad de explicaciones. Por otra parte, pienso que se ha de mantener la actitud que el Papa pidió a los obispos que participaron en el Sínodo de octubre del año pasado en Roma, en el sentido de expresarse sin pretender decir lo que le agradaría a él, sino que cada uno se expresara libremente en fidelidad a su conciencia y, después del Sínodo, el Papa les agradeció el haber actuado así y que eso era lo que le daba alegría. Desde luego yo no pienso ir a la toma de posesión de monseñor Barros y no lo siento como reproche al Papa, a quien admiro mucho y cada día lo estimo más. Siempre rezo por él. Quiero añadir también que no tengo algún tipo de antipatía personal con relación a monseñor Barros y también rezo por él. Podemos ser amigos, aunque pensemos distinto.
P: Pero a pesar de las explicaciones que Ud. nos da, lo que no se puede negar es que se ha producido un desencuentro muy grande entre el nombramiento que ha hecho el Papa y el parecer de la comunidad de Osorno.
R: Este es otro tema muy importante que pone en cuestionamiento muy profundo el sistema de nombramiento de los obispos. Creo que todos podemos aportar en orden a buscar un sistema de nombramiento que contenga en algún momento del proceso cierta forma de consulta a la comunidad. Sabemos que el Papa quiere hacer profundas reformas en la marcha de la Iglesia y que quiere conocer el pensamiento del Pueblo de Dios. Pienso que los acontecimientos de Osorno pueden entregar un aporte muy valioso.
P: Se trata de un aporte que puede ser muy valorado al interior de la Iglesia, pero desde el mundo, las evaluaciones suelen ser distintas. Lo que está en juego es el ejercicio de la autoridad, cosa que durante toda la historia ha sido una complicación tanto dentro como fuera de la Iglesia.
R: Sin duda, es una realidad muy significativa. Es necesario que quien ejerce autoridad dentro de un organismo o entidad que forma parte de la sociedad, sea reconocido con esa autoridad no sólo por el organismo o entidad a la que pertenece, sino también por los demás miembros de la sociedad, de lo contrario no podrá relacionarse con la sociedad para la labor que le corresponde en su organismos dentro de la sociedad. Esto está dentro de lo que expresé anteriormente como imposibilidad para el ejercicio del ministerio, según mi parecer. No necesito repetirlo.
P: Monseñor, siempre agradezco la oportunidad de conversar con Ud. Nos volveremos a encontrar.
R: Lo que importa, como hemos conversado muchas veces, es que no manipules desde la radio y que ayudes a mantener un sano espíritu crítico para que cada uno pueda entregar su aporte libremente sobre la verdad para construir la convivencia solidaria y fraterna. Siempre en actitud de diálogo, evitando toda clase de violencia y procurando que se oiga la voz de los pobres. Estando en Valdivia es claro que con esta actitud se ha de apoyar a los pueblos originarios para que se oiga su voz sobre la verdad histórica, buscando la justicia sin cansancio, repito, en actitud de diálogo, evitando toda clase de violencia con que muchos comunicadores realizan su labor en el sur de Chile. Un saludo también para todos ellos. En este sentido son muchos los esfuerzos que desde la Radio Estrella del Mar realicé contigo y sabemos que esa labor es provechosa. Ánimo, Miguel. Hasta otra oportunidad.
Radio Universidad Austral de Chile – Miguel Angel Millar
Carta al Papa Francisco del padre Peter Kliegel
Santo Padre, Hermano en Cristo:
Me permito escribirle esta carta abierta siendo pastor en la Diócesis de Osorno/Chile por ya 49 años, y ahora muy preocupado por lo que sucede en este momento en la espera de la llegada del nuevo obispo Juan de la Cruz Barros Madrid, nombrado por Su Santidad.
Creo con esta carta interpretar a muchos sacerdotes, diáconos y un sinnúmero de laicos que con ardor y fervor se entregan a su misión.
Usted está en conocimiento de las dificultades que han surgido a causa de esta designación y por medio de nuestro obispo administrador Fernando Chomalí nos ha dado a conocer su voluntad de aceptar al designado obispo Barros y que no caigamos en la tentación de dividir a la iglesia.
Santo Padre: lo que menos queremos es dividir a la iglesia y sepa que la obediencia a su persona como sucesor de Pedro es nuestro sagrado compromiso.
Pero la preocupación pastoral y la obligación a velar por el bien público me hace escribir esta carta. En su exhortación apostólica «Evangelii Gaudium» escribe algo maravilloso: «Los laicos son simplemente la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. A su servicio está la minoría de los ministros ordenados» (EG 102) y son exactamente nuestros laicos que sienten no ser respetados en su dignidad de personas y cristianos por el sólo hecho del nombramiento de un obispo para la cura y el servicio de sus almas.
El Sr. Nuncio Apostólico Don Ivo Scapolo explicó el 5 de Septiembre del 2012 en una conferencia en la Pontificia Universidad Católica de Chile que «en el pueblo de Dios existe una efectiva comunión eclesial sólo si hay información, comunicación y diálogo que permiten compartir las diferentes experiencias y situaciones…» Él explica extensamente que el derecho de manifestación del pensamiento en la iglesia es un derecho fundamental. Exactamente esto no se ha respetado.
En este derecho se basa nuestro común cuestionamiento respecto al nombramiento del obispo Barros como obispo para Osorno por su trayectoria en el círculo del sacerdote Karadima. Usted nos hizo saber que tiene la absoluta certeza de que no hay razón alguna que obstaculice el hecho de que Monseñor Barros sea obispo de Osorno.
Santo Padre: la realidad vivida es otra. La carga moral que el nombrado obispo lleva sobre sus hombros no le permitirá pastorear como autoridad máxima de una diócesis y Monseñor Barros sabe esto y con él toda una comunidad diocesana. No se ve credibilidad. Su figura contrasta abiertamente con la figura de nuestro primer obispo en camino de santidad, el venerable siervo de Dios Francisco Valdés Subercaseaux.
El día 04 de Marzo sacerdotes y diáconos dialogamos con el obispo Barros cara a cara en un intercambio abierto y sincero, después de orar y escuchar la palabra de Dios. El diálogo fue difícil y el acercamiento doloroso. Él nos prometió hacer una declaración pública respecto a la situación mencionada. Ya pasó una semana y no sucedió nada. ¿No podrá hacerlo ante su conciencia?
El nombramiento de un nuevo obispo causa siempre una enorme alegría en el pueblo de Dios, en toda una nación cristiana como Chile. (En la diócesis la hemos vivido ya cuatro veces.) Lo contrario sucede ahora.
Llama la atención que el colegio de los Obispos, la conferencia episcopal frente a lo que sucede no se pronuncia en solidaridad con un hermano obispo. ¿Qué nos dice esto?
Ninguna de las dos diócesis donde Monseñor Barros ha servido como obispo auxiliar nos ha felicitado como anteriormente siempre ha sucedido. ¿Por qué se quedan callados, obispos, sacerdotes y fieles?
Con dolor esperamos a un obispo que está cargando sobre nuestros hombros lo que tiene que llevar él. Muchos fieles nos han dicho esto y lo sienten así.
Santo Padre: la Iglesia Católica de Chile, tremendamente golpeada por muchos escándalos en todos estos años, está perdiendo su cara. La dignidad de nuestros fieles está herida y por puro amor a su iglesia manifiestan – ahora a gritos – lo que el Derecho Canónico les confiere: «Los fieles tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia a los pastores, y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas.» (Can. 214,3)
Santidad: es el Kairós que se nos escuche. Su autoridad y su carisma personal nos cautivan y con mucha humildad le solicitamos que se revierta la situación de nuestra diócesis.
Con amor y dolor en el alma he escrito estas líneas.
Pbro. Peter Kliegel, un hermano en Cristo.