Sienten la necesidad de una política que favorezca la creación de renta a partir de los recursos naturales
(Luis M. Modino, Brasil).- Una de las organizaciones indígenas más respetadas en Brasil es la FOIRN (Federación de las Organizaciones Indígenas del Río Negro, por sus siglas en portugués). Nacida el 30 de abril de 1987, representa a unos 50.000 indígenas del Río Negro, asociados en 93 organizaciones de base, en los municipios de São Gabriel da Cachoeira, Santa Isabel do Río Negro y Barcelos, pertenecientes a 23 etnias diferentes, que hablan más de 16 lenguas. Esta población está desperdigada en más de 870 comunidades.
Renato da Silva Matos, representante del pueblo tucano y uno de sus directores de la FOIRN, nos cuenta que desde el principio la federación buscó que los indios pudiesen conseguir su autodeterminación y autonomía política, pues los indios percibieron que a lo largo de la historia de Brasil, desde la colonización y en los diferentes momentos, el estado siempre quiso integrar al indio a la sociedad nacional, haciendo que no usase más su lengua, sus tradiciones, sus costumbres y una vez integrado en la sociedad nacional no tuviese más el derecho de reclamar su territorio. Todo dirigido a que un día no existiesen más indígenas en el territorio brasileño.
Ante esta realidad, en la década de 1980, en la región del Río Negro, algunos líderes indígenas, a partir del contacto con líderes de otras regiones del país, comienzan a promover asambleas en las que discutir su situación y proponer al gobierno la necesidad de un cambio, exigiendo un tratamiento diferenciado para los indios, pues ellos tienen conciencia de no ser alguien que llegó y sí de que sus territorios son originarios, como demuestran los sitios arqueológicos, las leyendas y sus tradiciones culturales y religiosas. Ante esta realidad, la gran lucha de los indígenas es que el estado brasileño reconozca eso y dé a los indios los derechos que merecen.
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