Estamos convirtiéndonos en una Iglesia para los acólitos y no en la Iglesia abierta de la que habla el papa Francisco
El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, afirmó que el «sí» del electorado irlandés al matrimonio homosexual es un ejemplo de la «revolución social» que atraviesa «desde hace tiempo» este país y reconoció que la Iglesia católica debe reaccionar a estos cambios.
Con la mayoría de los sufragios del plebiscito del viernes computados y asegurada ya la victoria del «sí», Martin concedió que ha llegado el momento de que la jerarquía católica inicie un proceso de profundo debate y de «revisión de la realidad».
«Creo que la Iglesia católica tiene que poner los pies en la tierra y no negar esas realidades», agregó, preguntándose si «estamos ya irremediablemente alejados de los jóvenes».
«Estamos convirtiéndonos en una Iglesia para los acólitos y no en la Iglesia abierta de la que habla el papa Francisco«, agregó Martin, que al mismo tiempo se mostró de acuerdo en que se respeten los derechos de los homosexuales «sin cambiar la definición de matrimonio».
El máximo dirigente de la arquidiócesis de Dublín aseguró que los responsables católicos deben hallar un «nuevo lenguaje» para propagar más eficazmente el mensaje de la Iglesia, sobre todo entre los más jóvenes, cuyo voto ha resultado clave en la consulta sobre el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, pidió hoy que se pongan «límites» legislativos para impedir que parejas gais puedan llegar a exigir ante la Justicia irlandesa casarse por la Iglesia alegando discriminación.
«El matrimonio en la Iglesia también es un matrimonio civil y las parejas gais a las que se les negara podrían recurrir a los jueces acusándonos de discriminación si el legislador no pone límites», dijo Martin en una entrevista con el diario italiano «La Stampa».
El arzobispo considera que la aprobación en referéndum en Irlanda del matrimonio homosexual «es un cambio notable cuyos efectos concretos son impredecibles».
Y añade: «el primer ministro católico (el democristiano Enda Kenny) asegura que para las iglesias no cambiará nada, pero serán los tribunales los que tendrán que aplicar la ley«.
Otra de las consecuencias de las que advierte el arzobispo tiene que ver con la educación en las escuelas católicas, donde asegura que «los profesores de educación civil estarán obligados a decir que el matrimonio lo es también entre personas del mismo sexo. Todo esto creará problemas».
Martin critica que no haya habido «siquiera una discusión en el Parlamento» sobre el matrimonio homosexual. En Irlanda tienen sede multinacionales como Twitter y Google, que se han desplegado a favor del sí y la gente temió que la victoria del no hubiera aislado y dañado también económicamente al país».
La República de Irlanda, de fuerte tradición católica, se convirtió el sábado en el primer país que autoriza en un referéndum el matrimonio homosexual, al ser aprobado por el 62,07 % del electorado que dijo «sí» a «la igualdad».
Con la victoria del «sí», el matrimonio entre parejas del mismo sexo será reconocido por el artículo 41 de la Carta Magna, lo que le concederá protección constitucional y le equiparará al matrimonio tradicional.
Una derrota dolorosa
Durante la campaña, la Iglesia Católica, apoyada por un reducido número de grupos conservadores, antiabortistas y una minoría de senadores y diputados, sostuvo que el matrimonio homosexual atenta contra los valores de la familia tradicional y que modificará radicalmente los procesos de adopción y de maternidad subrogada, al tiempo que erosionará los derechos del menor.
La República de Irlanda ya promulgó en 2010 la ley de Relaciones Civiles que, por primera vez en este país, concedía reconocimiento legal a las parejas de hecho del mismo sexo, pero eludía calificar a esas uniones de «matrimonio» y protegerlas constitucionalmente. (RD/Agencias)