Espinal fue asesinado por la extrema derecha tres días antes que Romero
(Jesús Bastante).- Reconozco que cuando, anoche, contemplé en directo el intercambio de regalos entre Evo Morales y el Papa Francisco, sentí cierta sorpresa: ¡el presidente regalaba al Papa un crucifijo de madera hecho con una cruz y un martillo! Una provocación, ingeniosa e innecesaria, pensé. También intuí que esa imagen daría la vuelta al mundo, y provocaría múltiples reacciones, casi ninguna positiva. No me equivocaba.
Horas después, vino la explicación, que no es baladí. Dicha cruz es una réplica de la que utilizaba, en su despacho, el jesuita Luis Espinal, a quien Francisco rindió un merecido homenaje junto al lugar en el que fue encontrado su cuerpo el 21 de marzo de 1980. Tres días antes del asesinato de monseñor Romero. Los dos, víctimas de la violencia de la extrema derecha, acusados de comunistas. Romero ya es beato, y pocos dudan que, después del homenaje que le rindió ayer el Papa, Luis Espinal lo será en breve.
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