No somos esa jerarquía en la que las mujeres, que son nuestra mayoría, no tienen espacio
(Jesús Bastante).- Sacerdote misionero hispanobrasileño, Vidal Enrique lleva 42 años en Sao Paulo. Vamos a hablar de las comunidades de base en las que participa, del desafío contra la infantilización de la fe, de la profundidad de Pedro Casaldáliga o de los cambios que ya ha hecho Francisco empezando por su círculo inmediato, en pos de una Iglesia más plural.
¿Desde cuándo está en Brasil?
Hace ya cuarenta y dos años que estoy.
¿Cómo surge la posibilidad de salir de España y practicar el ministerio allende los mares?
Mis orígenes están en Palencia, en la Tierra de Campos. Ya cuando estudiaba Teología para ser cura, fui a un seminario de misioneros en Burgos. Me pareció algo floreciente e importante y, después de unos años en Madrid, siendo ya cura obrero en la parte norte de la ciudad, en el año 72 salí para Brasil y es el único país donde he trabajado.
¿Siempre ha estado en Sao Paulo?
Sí, porque es muy grande. Cientos de kilómetros entre el norte y el sur.
Y casi veinte millones de personas.
Es una gran ciudad, me parece que la tercera o cuarta en el mundo…
Brasil es el país que más número de católicos tiene en el mundo pero, paradójicamente, es donde más católicos se están volviendo evangélicos. ¿Cómo se está viviendo esa situación de cambio de fe en Brasil?
Sí está habiendo una transferencia hacia otros movimientos o confesiones religiosas. No las llamamos sectas por no ofender, pero son grupos pequeños y abundantes que están reinventando esa experiencia de comunidades de apoyo, contribuyendo bien económicamente a las necesidades de los fieles… Pero engañan y explotan con el «diezmo», con milagros, etc. Pero es que al brasileño le gusta la espiritualidad en este sentido, y alguien ha dicho que para un brasileño una sola religión es poca cosa.
¿Cómo es Brasil, entonces, en materia religiosa?
La gente está más relegada a la espiritualidad y un sentido interior de las cosas. En el mundo en el que vivimos, dominado por un sistema individualista, demasiado consumista, se está perdiendo esta profundidad. En las ciudades grandes que conozco lo veo: se ha perdido tanto el lado religioso como el comunitario. El pueblo se ayudaba bastante y ahora no es tan fácil trabajar en conjunto. Lo público, lo que se hacía en beneficio de la comunidad, se está perdiendo.
¿Qué hace para mantenerlo? ¿Cuál es su trabajo en Sao Paulo?
Yo tengo una comunidad grande compuesta por cinco capillas o parroquias. En la parte noroeste de Sao Paulo, al final de una sierra, vivimos en una ladera con problemas de distribución del agua. Se llama Sector Cántaros. La parroquia es Santa Teresinha: Teresita de Jesús y de la Santa Faz.
Es difícil definir el perfil del ciudadano de Sao Paulo, pero después de tantos años viviendo allí, ¿cuál cree que es la definición de los habitantes de esta ciudad?
El país se acerca a los doscientos millones. Dentro de la grandeza, después de Nigeria es el país que tiene más negros. El negro brillante o negro casi morado que llamamos, procedente de África, y morenos americanos. Es un pueblo muy abierto y cariñoso, con sus raíces culturales afro, de continente rico pero explotado, verdadero pero despreciado. Además de raíces negras, está la raíz indígena: en los ojos del nordeste se les nota lo rasgado. Por último, de las migraciones que fueron llegando una de las más fuertes fue la italiana, por eso en Sao Paulo gustan mucho las masas (pizza y todo eso tan típico de las comunidades italianas).
Los mayores referentes de la Iglesia del último siglo han estado en Brasil, de Hèlder Câmara hasta, ahora, Casaldáliga, Leonardo Boff o Frei Betto… Son personalidades fuertes que han ayudado a dibujar la Iglesia poliédrica que en los últimos años estamos viviendo, desde la llegada de Francisco. ¿Cómo se recuerda el ejemplo de las personas que no están y cómo se vive a las demás en la Iglesia brasileña?
Para nosotros el Papa Francisco es encantador y lo seguirá siendo. Ojalá la suya sea una etapa larga para seguir este camino de humanidad, sencillez, de abrazar, reír, dar una carcajada… Una chica de un movimiento eucarístico brasileño le preguntó quién era mejor, si Pelé o Maradona; el Papa soltó su naturalidad, su estilo humano… Volver al Evangelio es imprescindible y para ello hay que descentralizar la Iglesia y que cada comunidad tenga identidad y cada obispo huela a oveja. ¿Dónde se venderá ese perfume? Hay que conseguirlo.
…Supongo que en el polvo de los caminos, pateando las barriadas.
Como has dicho, tenemos en Brasil buenas experiencias de teólogos-pastores, aunque en los últimos tiempos fue difícil con los dos papas de antes de Francisco, conservadores. El polaco y el profesor… Pero ahora estamos en un momento de recuperación que va a ser maravilloso, aunque tenga que ser poco a poco.
¿Estuvo en Brasil durante las impresionantes JMJ? Allí el Papa dijo una serie de mensajes que todavía están vigentes: lo de «armar lío» surgió en Río. Mateo 25, las Bienaventuranzas, la parábola de los talentos… ¿Cómo vivísteis ese descubrirse de Francisco y qué frutos está dando?
Yo lo viví de un modo un poco local. Nosotros acogimos a chicos que habían viajado desde Honduras hasta nuestro país con un buen espíritu. Hicimos mucha amistad en la acogida: tuvimos celebraciones, subimos con ellos al pico más alto de Sao Paulo… Compartimos la lluvia y el calor de julio. Ya sabes que no pudo hacerse en el lugar que estaba pensado y tuvieron que trasladarse a la playa… Pero fue muy bueno. ¿Qué queda de todo eso? A veces decimos que fuego de paja. Se tendría que haber seguido cuidando lo local, a los chicos, los eventos que les gustan a nuestras comunidades y los «ventos» del espíritu que nos ayudan cada día.
¿Sopla el espíritu?
Creemos que sí. Ya hemos hablado antes del Papa y en él reside: pienso que es un director espiritual fantástico, un poeta de la Biblia cuando toma una parábola y prolonga un ejemplo. Cuando nos dice que nos abramos, por ejemplo, para que nuestras comunidades «reciban Jesús». Porque para llevarlo en misión a otros hermanos hay que recibirlo. El título de la primera carta que nos ha dirigido define su maravilla: ¡Alegría del Evangelio!
Es un Papa que, por ese viento de reforma, también está generando polémica. En lo estructural, como es la reforma de la Curia, y en cuestiones de otras materias como posibles cambios en el trato a los divorciados vueltos a casar, los homosexuales… ¿Se está pudiendo hablar de todo con más libertad en el interior de la Iglesia? ¿Qué piensa de las críticas a estas actitudes del Papa Francisco?
Es el profeta de la libertad y es fantástico que nos esté brindando a todos esa libertad para tener autonomía. El desafío de nuestras religiones, tanto las históricas como las neopentecostales, creo que es dejar de tratar a los fieles como niños, desconfiando o queriendo proteger demasiado. La Iglesia no debe ser una madre controladora, sino que ya tenemos que estar en la época de la libertad. No hablo de relativismo sino de autonomía para abrirnos al amor. Sentir al otro dentro de ti.
¿Qué esperas que suceda en los próximos dos o tres años? ¿Pasará algo importante?
Él ya, para comenzar, ha cambiado el estilo del papado: lo que está en su círculo cercano es sencillo; va en un ascensor y si alguien se quiere acercar le dice que él no muerde, que adelante. Es una persona revolucionaria desde el círculo inmediato. Va a costar que todo continúe pero, si alguien siguiera su tradición de Evangelio y de Jesús y no la de Trento para acá, regresaríamos a los primeros cristianos, a su sencillez. No hay que comparar la comunidad de Juan, con la de Pablo o la de Lucas, sino respetar mucho más las identidades y la libertad.
¿Cree que la Iglesia debería ir por ahí: una vuelta al modo de las primeras comunidades?
Pues sí. La Iglesia tuvo una época de patriarcados, que se organizaban hasta por continentes, de Antioquía, de Estambul, Grecia… a los que podría volverse. Era una Iglesia descentralizada y concentrada en su maravilla, que es Jesús.
En Latinoamérica y en Brasil sobre todo existen esas experiencias que usted conoce mejor que nadie: las comunidades eclesiales de base. Cuéntenos cómo es ese modelo de trabajo y cuáles las experiencias.
Su fe ya está definida en sus palabras: aprovechar el sentido comunitario del pueblo -porque uno solo, lo leía el otro día, o se cree Dios o se hace bestia-, porque somos relación. Queremos ser más como los africanos o indios que como los europeos del individualismo. Aprovechando la sintonía cristiana para crear comunidad, nos espejamos en los Hechos de los Apóstoles; las primeras comunidades de las que habla Marcos. La confianza en Dios se sublima y, así, se aclara. Queremos a ese Jesús histórico que camina a nuestro lado: los signos antes que la teología. Un Dios que toque tierra, nuestra realidad… Por eso somos comunidades eclesiales, cristianas y, por último, de base. No somos la cúpula ni esa jerarquía en la que las mujeres, que son nuestra mayoría, no tienen espacio.
Aquí estamos pero no con la abundancia y el frescor de hace años: está costando mucho en las ciudades grandes, por ejemplo, el asunto de la seguridad urbana. La violencia al caer la noche… El miedo hace que no te acerques al vecino… También pasa en Honduras. Y luego tenemos otra luz oscura, que es la de las televisiones, con sus famosos culebrones. Novelas que seducen muchísimo a los trabajadores al final de la jornada, cuando vuelven cansados. Toman un baño, se va haciendo tarde y entonces cómo vas a llamarles para un círculo bíblico o una comunidad. Tenemos que aprovechar los fines de semana y en eso estamos, creciendo en trabajo y dando gracias a Dios.
Lejos pero en el mismo país, la salud de Pedro Casaldáliga preocupa. ¿Se sabe algo nuevo?
Lo último que está llegando, a través de un matrimonio muy amigo que le acompaña de cerca, es que quedó encantado porque también su sobrina fue allí para la operación. Como él dice, es amigo y compañero de su hermano párkinson y está concentrándolo todo. Es una poesía, la de él. Una vida muy espiritual, ejemplo maravilloso para todos nosotros. ¡Y va para 87 años!
Por último, desde la distancia que da un océano, ¿cómo ve la situación de la Iglesia española?
Es difícil juzgarla volviendo aquí cada tres años. Pero, comparando, a lo mejor está menos tensa ahora, después de las últimas elecciones de la conferencia de obispos. En las comunidades de base también tiene que haber ejemplos muy bonitos (equipos de curas en las montañas de los pueblos, como el de León, que me ha encantado…) de entrega, pero son cosas que no se publican, claro. Lo que aparece como oficial sí que es una Iglesia más conservadora y autorreferencial. Ese etnocentrismo mediterráneo a través del que muchas personas utilizan palabras muy ofensivas: ¡a los hispanos les llaman sudacas! Cuando vengo y monto en el metro lo veo: nos estamos haciendo muy cerrados e individualistas. No sólo en España, sino que está pasando en Europa a la hora de rechazar a los emigrantes. Un continente tan rico como África… y no tiene otra opción. Somos responsables de explotarles (sus metales para nuestros celulares…). Nos empeñamos en nuestra telemática pero no les ayudamos a tener unos medios iguales a los nuestros para no tener que sufrir la dura emigración.
Vidal Enrique, ha sido un auténtico placer escucharte y esperamos noticias tuyas no sólo cuando vengas, sino a través de la red. Muchas gracias.
Muchísimas gracias, Jesús. Ya sabes que tu nombre significa que el Señor liberta.
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