En lo que va de año, al menos 26 gays han sido asesinados en México por su orientación sexual
Manifestantes contrarios al matrimonio homosexual han marchado este sábado por las principales lugares de Ciudad de México, para mostrar su negativa a la inciativa del presidente, Enrique Peña Nieto, de legalizar el matrimonio igualitario en el país. Estas movilizaciones han coincidido con una contramanifestación de personas favorables a la unión de personas del mismo sexo, que se han encontrado en el recorrido.
La marcha organizada por el Frente por la Familia ha transcurrido sin incidentes y según ha confirmado el portavoz Antonio Camou al medio mexicano ‘Animal Político’, ha congregado a más de 300.000 personas.
«Fue una marcha maravillosa, estamos sumamente contentos, no hubo ni un solo incidente. Creo que fue una marcha pacifista, todo se desarrolló con mucha paz, con mucha armonía, la gente cantaba y gritaba», ha señalado Camou.
Manifestantes contrarios al matrimonio igualitario, vestidos con las características camisetas blancas, han marchado por las calles al grito de «¡Viva la familia!». «Viva el matrimonio entre hombre y mujer, porque el matrimonio sodomita pone en riesgo a nuestros niños», han afirmado los manifestantes en un mitin en el Auditorio Nacional, antes de marchar hacia la plaza del Ángel de la Independencia.
En frente, integrantes de la comunidad LGBT y manifestantes a favor de la legalización del matrimonio homosexual se han movilizado para defender un modelo que busca la igualdad de derechos. «Mi nombre es Francisco, soy gay y soy católico. Todos merecemos los mismos derechos. No tenemos que dejarnos vencer por el miedo. Dios creó una familia solamente, y esa familia se llama humanidad», ha señalado uno de los oradores en la manifestación a favor de la unión homosexual, recogidas por el mismo medio mexicano.
«Soy cristiana y al ver la semana pasada el discurso de odio promovido por la iglesia cristiana y el frente por la familia hablé con mis hermanos cristianos, el muro no se debe levantar más entre nuestra comunidad y la LGBTI», ha señalado otra manifestante.
El pasado mes de mayo, Peña Nieto firmó una propuesta que incluyó reformas a la ley para impulsar el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo cual ha generado reacciones de rechazo, especialmente de líderes religiosos.
La secretaría de Seguridad Pública reportó que no hubo confrontaciones entre las dos manifestaciones y que en la marcha contra el matrimonio gay participaron entre 18.000 y 20.000 personas, mientras que los organizadores dijeron que esa cifra ascendió a 150.000.
En la marcha organizada por el Frente Nacional por la Familia sobresalían pancartas con la imagen de la Virgen de Guadalupe y otras que decían «Mi familia como la de Nazaret» con dibujos de los personajes bíblicos José, María y el niño Jesús.
«Creo que el Estado, con las iniciativas que planteó, lo que quiere es quitarnos el derecho a educar a nuestros hijos como nosotros queramos», comentó a la AFP Miriam Garrido, una ama de casa de 38 años, acompañada de su esposo y cuatro hijos, todos vestidos de blanco al igual que el resto de los manifestantes.
«Nosotros estamos a favor de la familia» porque «los niños, para su mejor protección, tienen que nacer en una familia conformada por un hombre y una mujer», dijo a la AFP Luis Gallego, vocero de la Unión Nacional Cristiana por la Familia, mientras marchaba en un contingente custodiado por una infranqueable cadena humana de nerviosos voluntarios.
En algunos puntos del trayecto de esa marcha se apostaron puñados de jóvenes con pancartas que decían «Soy católico y soy gay. ¡Quiero platicar contigo!».
«Creemos que el discurso de las personas que están marchando de este lado es producto de la desinformación», le decía Orlando Suárez a uno de los manifestantes vestidos de blanco.
La marcha del Frente Nacional por la Familia, en la que participó también un contingente de monjas que cargaban una enorme bandera de México, llegó al Ángel de la Independencia, donde fue montado un escenario con luces y sonido en el que distintos oradores expresaban su rechazo al matrimonio gay.
En mayo, Peña Nieto anunció una reforma constitucional para legalizar el matrimonio entre homosexuales en todo el país, un año después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinara que prohibirlo es inconstitucional.
Aunque la capital mexicana fue pionera en América Latina al reconocer uniones de personas del mismo sexo desde 2007 y sus bodas en 2009, el matrimonio igualitario sólo ha sido aprobado en los estados de Jalisco, Michoacán, Morelos, Coahuila, Nayarit, Campeche y Quintana Roo.
Portando una cruz de madera, el reverendo Aron León, de la congregación cristiana Iglesias Comunitarias Metropolitanas de México, se apostó al frente del mitin de los activistas que defienden las bodas gays.
«Estamos apoyando a los miembros de nuestra congregación que forman parte de la comunidad homosexual porque es una desgracia que algunos miembros de la iglesia católica divulguen mensajes de odio», comentó a la AFP rodeado de banderas multicolores y pancartas que decían «¡Matrimonio y adopción para toda la nación!».
Algunos de esos activistas llevaban flores rojas que planeaban arrojarles a los participantes de la marcha contra los derechos de los homosexuales en caso de que llegaran hasta su mitin, pero los cercos policíacos impidieron que eso sucediera.
Tania Hernández, una joven de 26 años, ingeniera en sistemas e integrante de la Red de Madres Lesbianas de México, acudió acompañada de su hijo de cuatro años, al que le ha resultado «muy complicado» explicarle por qué algunas personas consideran que «su familia está mal, que su familia no es familia».
El 10 de septiembre miles de fieles de varias religiones habían salido a las calles de varias ciudades de México a marchar contra la iniciativa de Peña Nieto, y al día siguiente organizaciones de gays hicieron lo mismo pero a favor de la ley.
El episcopado mexicano «es uno de los más conservadores de América» y es «muy posible que (…) sea capaz de torpedear la iniciativa de Peña Nieto», expuso a la AFP Andrew Chesnut, profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia, Estados Unidos.
En lo que va de año, al menos 26 gays han sido asesinados en México por su orientación sexual, según la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia, que contabilizó 44 crímenes en 2015 y 72 en 2014.(RD/Agencias)
Manifiesto del Frente Nacional por la Familia
El Frente Nacional por la Familia y la Unión Nacional Cristiana por la Familia somos organizaciones ciudadanas que congregamos a millones de padres de familia, jóvenes, adultos, abuelos, casados, padres y madres solteras, de distintas confesiones y convicciones, creyentes y no creyentes, todos convencidos que el futuro de México depende del futuro de sus familias. El día de hoy, a los pies del Ángel de la Independencia, que simboliza el anhelo de nuestro pueblo por un mejor futuro, hacemos público el siguiente manifiesto que resume nuestras convicciones, nuestras demandas y nuestros anhelos.
1. Este es un movimiento ciudadano propositivo, no es un movimiento de odio; es un movimiento de amor por los niños, de amor por la familia, de amor por México. No estamos en contra de las personas con atracción al mismo sexo, en este movimiento tienen cabida y son bienvenidos; no nos mueve ninguna fobia, ni el deseo de hacer mal a nadie. Estamos a favor del respeto de la dignidad de toda persona, independientemente de la forma que hayan elegido vivir y de los afectos que deseen expresar. Todos somos hermanos y todos somos mexicanos.
2. Manifestamos nuestro profundo desacuerdo con la ideología de género; ideología que, careciendo de sustento objetivo, quiere imponerse en las leyes, en las escuelas, en las familias, en los medios de comunicación. La ideología de género se dice defensora de la diversidad, pero no soporta la pluralidad, por eso no permite la crítica ni el disenso; por eso descalifica, calumnia y persigue.
3. Creemos en la institución del matrimonio natural, constituida como una relación estable y complementaria entre un hombre y una mujer. Esta institución vincula, como ninguna otra a los padres con los hijos y a los hijos con sus padres. Vaciar de contenido al matrimonio desconociendo su finalidad procreativa y educativa no beneficia a nadie, más bien debilita a la familia que es la célula básica de la sociedad. No destruyamos la institución del matrimonio.
4. Reconocemos el derecho de los niños a tener papá y mamá. La adopción no es un derecho de los adultos, es un derecho de los niños. La institución matrimonial entre un hombre y una mujer, por sus fines y por su complementariedad crea el mejor marco para el desarrollo integral de los niños, como lo señalan diversas investigaciones científicas. El derecho internacional es muy claro en esta materia: en la adopción debe privilegiarse el interés superior del menor; no debemos negarles a los niños la experiencia de la maternidad y la paternidad necesaria para su desarrollo armónico.
5. Defendemos el derecho que tenemos los padres de familia a la educación de nuestros hijos. La escuela pública no debe ser secuestrada por ideología alguna. Los contenidos de educación sexual deben partir de una visión integral de la persona, y deben basarse en criterios científicos, no en la presión de movimientos que desconocen la realidad genética, biológica y psicológica de la sexualidad. Exigimos el respeto a la patria potestad de los padres de familia en los distintos ordenamientos legales y el consentimiento de los padres para cualquier tipo de intervención y de servicio médico que ponga en riesgo la vida y salud de los hijos.
6. Exigimos que se garantice el derecho a la libertad de expresión, la libertad de conciencia y la libertad religiosa, eliminando todo intento de censura, manipulación y persecución por parte de los órganos gubernamentales a quienes promovemos el matrimonio natural. La Conapred nació con un espíritu de inclusión pero desgraciadamente se ha convertido en el principal órgano de exclusión y de discriminación en México. Creemos en un Estado Laico, pero no en un estado laicista que desprotege, margina y ridiculiza las convicciones religiosas.
7. Convocamos a un diálogo nacional para seguir expresando libremente nuestras ideas, contrastar posturas y encontrar puntos de acuerdo y confluencia. En una sociedad democrática no se debe imponer un pensamiento único. Nadie debe escandalizarse que haya diferentes visiones que enriquecen la pluralidad y la convivencia.
8. Pedimos al Presidente de la República un encuentro para darle a conocer nuestras inquietudes y argumentos respecto de las propuestas legislativas y las medidas ejecutivas que presentó en mayo pasado. Consideramos que hay un punto de partida común para el inicio de este diálogo ya que nuestro propósito común es el fortalecimiento de las instituciones del país. Este fortalecimiento comienza por la institución familiar.
9. Pedimos a los legisladores aprobar la primer iniciativa constitucional ciudadana, así como las iniciativas que como ésta busquen, entre otras, proteger desde el artículo 4° constitucional la institución del matrimonio entre un hombre y una mujer y promover la perspectiva de familia en las políticas públicas para generar ayudas específicas para el adecuado ejercicio de la maternidad y paternidad, para la promoción de la educación de valores y para favorecer la conciliación vida familiar-laboral.
10. A partir de este momento nos constituimos en un movimiento cívico permanente que buscará incidir, con argumentos y por la vía del diálogo, en la agenda pública de nuestro país. Buscaremos una interlocución fructífera con los tres poderes de la Unión y los distintos niveles de gobierno para que se generen políticas que pongan a la familia en el centro de la agenda nacional, políticas que protejan a los más vulnerables y que realmente promuevan el desarrollo del país. Respetamos al Poder Judicial, pero vemos con preocupación la actuación de algunos ministros de la Suprema Corte de Justicia que no actúan con apego a la Constitución sino a sus criterios ideológicos; les hacemos un llamado respetuoso para que sus decisiones estén basadas en criterios objetivos, imparciales y de justicia.
Queridas familias de México, sigamos labrando con alegría y esperanza el futuro de nuestros hijos y de nuestro país.
Sigamos promoviendo los valores que contribuyen al desarrollo de los niños y de la sociedad. Que siempre promovamos nuestras convicciones en paz, respeto y concordia, exijamos a los tres poderes de la Unión y a los tres órdenes de gobierno que cumplan con su responsabilidad, y respeten el auténtico espíritu de la declaración universal de los derechos humanos y los tratados internacionales firmados por nuestro país.
Apoyemos a todas las familias de México, pero por el bienestar de los más pequeños, hagamos hasta lo imposible para que cada niño de esta bendita tierra pueda conocer a su padre y a su madre, y sea amado y educado por ellos.
¡Sí al respeto a la dignidad de todas las personas sin excepción!
!Si a un México sin odios y en donde todos nos reconocemos como hermanos! ¡Qué vivan y se multipliquen los matrimonios y las familias unidas!
!Que viva y se respete la inocencia de todos los niños!
¡Qué Viva México!
!Qué Viva México!
!Qué viva México