Dijo que aunque no hay que mirar atrás sino planear la hoja de ruta para el fin del conflicto, es la oportunidad para solicitar que no se contamine más el proceso con mentiras y con tergiversaciones
Tras conocerse la noticia del galardón con el Premio Nobel de la Paz 2016 para el presidente Juan Manuel Santos Calderón, monseñor Luis Augusto Castro, arzobispo de Tunja y Presidente de la Conferencia Episcopal, manifestó su alegría y felicitó al primer mandatario de la Nación.
«Quiero felicitar con todo el corazón al presidente Santos decirle que estoy muy feliz, como estamos felices los colombianos por este premio, que fuera de ser un reconocimiento al esfuerzo de él, es un espaldarazo al proceso de paz. Que este premio mueva también a los que están dialogando en este momento para encontrar una solución rápida y que podamos seguir avanzando con este proceso»
Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, señaló que para la iglesia católica, este reconocimiento es un espaldarazo fundamental de la comunidad internacional, que debe traducirse en que los acuerdos, sí se han hecho bien, y en pro de las víctimas de la violencia de más de 50 años en el país. Insistió en que la paz, está a un paso, y que sí es posible.
«Me siento muy contento con este premio Nobel, porque soy testigo de todos los esfuerzos que el presidente Santos ha hecho por lograr la paz, pese a algunas adversidades y errores que se han presentado en el camino», dijo monseñor Castro a Caracol El prelado dijo que este premio debe ser una oportunidad para que se continúen los diálogos, sin sacar de ello un provecho personal, «hay que ponerle fin a este asunto sin colocar tantas trabas»..
Agregó que es pertinente seguir viviendo «acuerdos ya, siendo consecuente con el llamado que han hecho los jóvenes en sus manifestaciones simbólicos».
El máximo jerarca de la iglesia indicó que «este reconocimiento nos lleva a darnos cuenta de que lo que se hizo no fue una tontería y que lleva todo el respaldo de la comunidad internacional, y tenemos la esperanza de que este nos ayude a agilizar el final de los acuerdos de paz entre el gobierno y las Farc».
Dijo que aunque no hay que mirar atrás sino planear la hoja de ruta para el fin del conflicto, es la oportunidad para solicitar que no se contamine más el proceso con mentiras y con tergiversaciones.
Señaló que es el tiempo propicio para dejar el odio destructor a un lado, y para dar paso a una nueva cultura de paz que impacte de manera positiva y constructiva para todo el pueblo. Le pidió oración ferviente a los colombianos para que se de termino a la guerra.
El prelado dijo que este premio debe ser una oportunidad para que se continúen los diálogos, sin sacar de ello un provecho personal, «hay que ponerle fin a este asunto sin colocar tantas trabas».
Por su parte, el diario del Vaticano, «L’Osservatore Romano», sostiene este viernes que con el premio Nobel de la Paz al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, «se ha querido premiar la voluntad de diálogo sobre cualquier cosa».
Se trata de la primera reacción oficial del Vaticano tras el anuncio este viernes en Oslo (Noruega) de la asignación del Nobel de la Paz al mandatario colombiano.
En un breve artículo en primera página, el diario de la Santa Sede, cuya edición es vespertina, recalca que los miembros del Comité noruego quisieron premiar al «principal artífice» de los acuerdos firmados con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC).
La acción política de Santos «siempre ha buscado, a través del diálogo, poner fin a una de las más largas guerrillas de la historia contemporánea», comenta el diario.
«Es justamente debido a tantas atrocidades y sufrimientos que el proceso de paz resulta todavía muy difícil», subrayó.
De momento, el papa Francisco o la oficina de prensa del Vaticano no han comentado la noticia del Nobel al mandatario latinoamericano.
El pontífice argentino, que en varias ocasiones se ha pronunciado a favor del proceso de paz, ha guardado silencio desde el lunes pasado sobre el resultado del plebiscito.
El domingo en la noche, a bordo del avión en el que regresaba a Roma desde el Cáucaso y antes de conocer el resultado del referendo, Francisco reiteró que viajará a Colombia sólo cuando el proceso de paz «esté blindado, seguro, seguro».
Contra todo pronóstico, el pueblo colombiano rechazó el acuerdo, reclamando entre otras medidas que los guerrilleros desmovilizados no puedan participar en la vida política y que vayan a la cárcel, en lugar de beneficiarse de penas alternativas.
Por su parte, la comunidad de San Egidio saludó «con alegría» la atribución «del premio Nobel de la Paz al presidente colombiano Juan Manuel Santos. Se trata de un fuerte apoyo al diálogo y a la negociación como únicos caminos practicables para llegar al fin de los conflictos».
En un comunicado, la comunidad definió la elección como «una señal importante para un mundo donde se amplió de modo preocupante, en los últimos meses, la tercera guerra mundial por pedazos de la cual habla el papa Francisco».«Pero al mismo tiempo es un gran impulso para continuar en Colombia el proceso de paz entre el gobierno y las FARC, firmado en los acuerdos de Cartagena del 26 septiembre pasado, más allá del compás de espera constituido por la victoria del ‘no’ en el referendo».
Para San Egidio, «el premio Nobel alienta al presidente Santos a continuar un compromiso que conocimos y apreciamos porque hemos llevado adelante, y lo seguimos haciendo como comunidad, una obra de facilitación del encuentro entre las partes en Colombia».»Por el bien de este gran país de América Latina, no es posible volver a una guerra que duró más de medio siglo y que provocó más de 200.000 muertos y cinco millones de desplazados». (RD/Agencias)