Invité a Ali a juntarse a nuestro pequeño grupo porque quise poner cara a las estadísticas. Quería que el gobernador entendiera que cuando hablamos de los refugiados, hablamos de él
(Cameron Doody).- El cardenal electo Joseph Tobin se mantiene firme en su actitud de solidaridad incondicional con los refugiados, lo que le valió un enfrentamiento el año pasado con el número dos de Donald Trump, Mike Pence.
En diciembre, el arzobispo de Indianápolis desafió al entonces gobernador de Indiana y alojó a una familia siria en su diócesis, a pesar de las amenazas del mandatario de que, al producirse el reasentamiento, bloquearía las ayudas públicas a los programas eclesiales de acogida.
A juzgar por sus declaraciones en una charla en la Universidad de Notre Dame el pasado viernes, Tobin no tiene remordimientos por la postura que adoptó en aquel momento.
Afirmó que cuando hizo pública su intención de acoger a la familia en Indiánapolis, el ahora candidato republicano a la vicepresidencia le citó en su residencia oficial para tratar del tema, reunión a la que Tobin invitó también a un refugiado iraquí que la diócesis había ayudado a reasentarse en la ciudad diez años atrás.
«Invité a Ali a juntarse a nuestro pequeño grupo porque quise poner cara a las estadísticas», dijo Tobin en la conferencia. «Quería que el gobernador entendiera que cuando hablamos de los refugiados, hablamos de él».
Tras reunirse con Pence, continuó, el gobernador le recomendó que «rezara y buscara el consejo de Dios» antes de decidirse a traer a la familia. «Tras pensarlo un día o dos», dijo Tobin, «me di cuenta de que la decisión de impedir la entrada de la familia sería inmoral, caprichosa y probablemente ilegal».
Frente a la actitud de Pence, Tobin reivindicó en su charla una solidaridad «con refugiados … que también son víctimas». «Tenemos que instar a nuestros dirigentes a que eviten reacciones que politicen acontecimientos en el extranjero, o en este país, y a que eviten echar culpas injustas que crean un clima de miedo», reclamó. Un recelo «que nos dehumaniza a todos, [y] que nos lleva a abandonar los más preciosos de nuestros valores religiosos y cívicos».
Aunque invitó a toda «gente de buena fe» a que se sumen a su cruzada de solidaridad, Tobin se reservó una llamada especial para los creyentes católicos entre el público. «Para nosotros», dijo, «hay momentos en que tenemos, simplemente, que decir ‘No’. No, no vamos a ser parte de políticas infundadas, inmorales o incluso ilegales«. Aunque construir puentes con los poderes políticos siga siendo la tarea del creyente, afirmó, «tienes que mantenerte firme, tienes que escuchar, pero también tienes que denunciarlo».
El Papa Francisco y la madre del nuevo cardenal
La conferencia de Tobin en la Universidad de Notre Dame también contó con una anécdota graciosa, tal y como cuenta America: la de la pregunta que el Papa Francisco siempre le hace cada vez que se ven.
Todo empezó, dijo el nuevo cardenal, en 2005, cuando Tobin y Bergoglio coincidieron en el mismo grupo de trabajo para el Sínodo sobre la Eucaristía. Empezaron a hablar y contrastaron sus impresiones acerca de Benedicto XVI, que acaba de ser elegido Papa. Comentó Tobin que él estaba contento con la elección de alemán, pero a su madre le hubiera gustado más que los cardenales hubieran votado al argentino. Bergoglio preguntó por qué, y Tobin contestó que su madre había leído en el periódico que el argentino recoge su propia habitación, prepara su propia comida y lava su propia ropa: «¡Está hasta aquí de la Iglesia monárquica!» confesó Tobin a Bergoglio en aquel momento.
Cada vez que se han visto desde entonces, el ahora Papa Francisco no se olvida de preguntar por la madre del arzobispo de Indianápolis: «¿Cómo está tu madre? ¿Sigue viva? ¿Reza por mí?». Parece que Tobin, o por lo menos su madre, sigue causando una buena impresión al actual obispo de Roma.