Yo tengo que conocer a las personas y después indicar el camino, porque indicar la cima de la montaña es fácil pero después hay que indicar cómo llegar hasta la cima
(C. Doody/Agencias).- «Ni me toca ser el mediador ni tampoco sólo espectador. Creo que el Santo Padre nos dio un ejemplo que hay que seguir». El flamante nuncio apostólico en México, Franco Coppola, se ha mostrado así de diplomático respecto al debate sobre el matrimonio homosexual que actualmente está librándose en el país.
En rueda de prensa tras presentar sus credenciales como embajador del Vaticano en México al presidente del país, Enrique Peña Nieto, el arzobispo Coppola afirmó ser plenamente consciente de la polémica que ha suscitado la posibilidad de que se otorgue un reconocimiento legal a las relaciones entre personas del mismo sexo.
«Sé que hay un debate en México; es poco decir un debate», dijo el prelado, antes de afirmar que el punto de partida de la Iglesia en la controversia debe ser la comprensión misericordiosa modelada por el pontífice. «Creo que cada uno -obispo, sacerdote- para poder decir algo tiene que empezar a decir lo que dijo el Papa», opinó: sentimiento que dijo pasa por el discernimiento y acompañamiento pastoral.
En mayo pasado, el presidente Peña Nieto firmó una iniciativa para reconocer en la Constitución mexicana el matrimonio entre personas del mismo sexo, que actualmente permanece a la espera de ser debatida en el Congreso.
En las últimas semanas se han desarrollado en el país diversas marchas convocadas por el llamado Frente Nacional por la Familia en favor de la familia «tradicional» y en contra de que se reconozca el derecho al matrimonio para homosexuales. Aunque la Iglesia Católica no fue una de las convocantes, sí expresó su respaldo a estas marchas y algunos representantes eclesiásticos participaron en las mismas.
«La sugerencia que yo llevo, simplemente mirando al Papa», afirmó Coppola respecto a esa temática, «es que cada uno de nosotros puede hablar de este tema si tiene experiencia directa de acompañamiento a personas de este tipo».
Acerca de lo que supondría semejante empatía con personas homosexuales, el prelado abogó por el camino de un entendimiento que vaya más allá de las respuestas de la teología académica. «Si yo conozco las personas, y sus problemas, inquietudes y dificultades, yo puedo ayudarles a indicarles un camino, pero si no les conozco, puedo repetir simplemente lo que está escrito en los libros, pero esto no es el camino que hay que ofrecer«, manifestó.
Tal postura de entendimiento por parte de la Iglesia, a juicio del nuncio, ayudaría al país a encontrar una «vía mexicana» que respondiera a las «necesidades, deseos y distancias» que sienten y sufren las personas homosexuales. Subrayando que solo se llegará a la meta acompañando a los gays y empatizando con ellos, Coppola volvió a insistir en el valor de la práctica frente a la teoría.
«Yo puedo responder con la doctrina de la Iglesia pero no es la repuesta que como pastor yo tengo que dar», aseveró. «Yo tengo que conocer a las personas y después indicar el camino, porque indicar la cima de la montaña es fácil pero después hay que indicar cómo llegar hasta la cima», continuó. Porque, aunque «eso es trabajo de los pastores, acompañar hacia la cima y hasta la cima», aún no tiene del todo claro cómo enfrentarse a ese reto después de las tres semanas escasas que lleva en su nuevo destino.
Coppola tilda de tragedias los asesinatos de curas y catequistas y los crímenes pedófilos
Durante la entrevista, el nuncio Coppola también se refirió a dos temas de suma actualidad en el país en que acaba de aterrizar, como son los brutales ataques a sacerdotes y catequistas católicos y los crímenes de pederastia que han sacudido a la Iglesia en los últimos tiempos.
«No tuve la oportunidad de decirle al presidente nada a propósito de la muerte de los presbíteros», dijo, aunque sí dejó claro que, en su opinión, los asesinatos de los dos curas de Veracruz, tal como el homicidio de otro sacerdote y cuatro catequistas en Michoacán en dos ocasiones distintas, no parecen ser episodios de violencia específicamente anti-católica. «Creo que fueron situaciones muy trágicas, pero situaciones en las que todo hombre todo mexicano puede encontrarse», dijo Coppola, insistiendo a su vez en la importancia del diálogo para evitar este tipo de tragedias.
En lo que se refiere a los crímenes de sacerdotes pedófilas que se han dado en la Iglesia mexicano, el representante del Papa comentó que este tipo de delitos lo cometen personas «enfermas» que «no hacen bien» si evitan acudir a terapias para «curarse» de sus males. El depredador sexual «no hace bien a ninguno, ni a la Iglesia, ni a sí mismo», dijo, si bien la persona a la que más hace daño es a la víctima.
«Claro que son delitos y tienen que ser perseguidos», respondió al ser preguntado por el castigo que merecen estas infracciones. «No hay nada que ver con la misión de los sacerdotes en esos crímenes», sentenció.