La revocación de provisiones claves de la Ley de Salud Asequible no debe realizarse sin la tramitación simultánea de un plan de respuesto que garantice el acceso a una cobertura sanitaria adecuada
(Cameron Doody).- «Reconocemos que la ley ha logrado importantes beneficios en cobertura sanitaria, que deben ser protegidos». En vísperas de la toma de posesión de Donald Trump, los obispos estaodunidenses advierten que la reforma sanitaria de Barack Obama no debe ser derogada de inmediato sin otro plan que garantice la cobertura sanitaria a millones de estadounidenses.
En una carta enviada a los nuevos congresistas y senadores -y firmada por el presidente del comité episcopal para la Justicia Nacional y Desarrollo Humano, Frank J. Dewane– los prelados reiteran su apoyo a «una cobertura sanitaria decente que salvaguarde y afirme la vida y dignidad humanas desde la concepción hasta la muerte natural». Recuerdan asimismo con el Papa Francisco que «la salud no es un bien de consumo, sino un derecho fundamental».
Lo más sorprendente de la carta es que los obispos admitan que el Obamacare ha marcado importantes avances en el terreno de la política sanitaria. Llama mucho la atención que tras haber hecho todo lo posible para descarrilarla en su tramitación parlamentaria en 2010 -por miedo a que se destinaran fondos federales al aborto- los obispos ahora alaben sus «importantes progresos en la cobertura sanitaria y el acceso a la asistencia médica».
Tanto es así que los prelados estadounidenses instan a Trump y al nuevo Congreso a no derribar de inmediato la ley de la que depende directamente la salud de 20 millones de ciudadanos.
«Por ahora», escriben los obispos, «la revocación de provisiones claves de la Ley de Salud Asequible no debe realizarse sin la tramitación simultánea de un plan de respuesto que garantice el acceso a una cobertura sanitaria adecuada para los millones de personas que ahora la necesitan para su bienestar». En caso de que tal derogación se produjera, señalan, la «incertidumbre tremenda» que resultaría sería «particularmente devastadora» para personas con pocos recursos.