Que sean oídos los clamores de los pueblos que hace siglos cultivan las tierras, respetando la biodiversidad y que muestran en sus prácticas que hay alternativas sustentable
(Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en Brasil).- La REPAM Brasil, en su tentativa de llevar el mensaje de la Laudato Si a todos los rincones de la Amazonia y asumir compromisos con las causas de los Pueblos Indígenas y de la población más vulnerable, continúa realizando diferentes seminarios em diversos puntos de la región.
El último ha tenido lugar en la diócesis de Zé Doca, donde se han hecho presentes 120 representantes de ocho diócesis del estado de Maranhão, así como de diferentes pueblos, comunidades y movimientos, contando inclusive con participantes de la Iglesia Presbiteriana, lo que pone de manifiesto que el cuidado de la Casa Común está por encima de credos y religiones.
Cabe destacar de entrada que, en una tentativa de concienciar a los presentes sobre la importancia de reciclar y reutilizar, la decoración del ambiente donde fue realizado el encuentro fue realizada com materiales reciclados. En la medida en que estas prácticas esten presentes en nuestras vidas y comunidades y se conviertan en hábito común, el cuidado de la Casa Común será una realidad más alcanzable en nuestra sociedad tan habituada a descartar todo.
Como ya es costumbre en los diferentes seminarios celebrados hasta la fecha, los relatos de violencia contra los pueblos tradicionales y otros colectivos se han repetido una vez más. Atrás de estas situaciones se encuentra un sistema socio-económico que privilegia pequeños grupos a costa del sufrimiento de muchos, condenados a un futuro sin perspectivas, con condiciones de vida cada vez peores.
Como afirma la Carta surgida del encuentro, «continuamos viviendo en un sistema colonial, donde las decisiones sobre nuestro futuro son tomadas por empresas invasoras de nuestros territorios y con formas de explotación de las riquezas naturales, que comprometen en poco tiempo a la Amazonia Legal». En opinión de los participantes, este sistema capitalista que se está implantando en la región acaba con las relaciones de solidaridad e impone un modo de vida que no es propio de los pueblos amazónicos.
Ante esta situación, los presentes en el Seminario de la REPAM encuentran en la Laudato Si un estímulo para continuar resistiendo, destacando el papel de las organizaciones que sensibilizan a la población y, a través de mecanismos de presión, exigen a los diferentes gobiernos, poco preocupados con condiciones de vida dignas, el cumplimiento de sus deberes y que no se vendan a intereses espurios.
En consecuencia del análisis llevado a cabo a lo largo del encuentro, los presentes han lanzado una serie de exigencias y propuestas a ser asumidas. Piden que se escuche el clamor de los pueblos tradicionales y se tengan en cuenta sus conocimientos, que han provocado la sostenibilidad, que las decisiones no sean tomadas de forma escondida y que el gobierno se deje de discursos que no tienen en cuenta a la gente.
Por eso, quieren fortalecer la REPAM, apoyar las luchas de los diferentes pueblos y colectivos, acompañando las manifestaciones para reclamar derechos, también de las mujeres y de los jóvenes, asumiendo el cuidado del medio ambiente y los diferentes biomas de la región.
Carta Compromiso de los Participantes del Seminario Laudato Si y Red Eclesial Pan-Amazónica en Zé Doca (Maranhão), Diocesis de Zé Doca, Coroatá, Pinheiros, Caxias do Maranhão, Brejo, Bacabal, Vianay Archuidiócesis de São Luis
Nosotros, representantes de diversos pueblos y comunidades, movimentos, diócesis e iglesia presbiteriana, nos reunimos entre los días 17 a 19 de febrero de 2017 em la ciudad de Zé Doca (MA), en un seminario promovido por la Comisión Episcopal para la Amazonia de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) y la Red Eclesial Pan-Amazónica (Repam), y organizado por el Regional Nordeste 5 CNBB en la tentativa de fortalecer esta Red en defensa de la vida de los pueblos de la tierra, de la Casa Común, el Planeta Tierra y nuestro bioma amazónico.
Oímos relatos de violencias sufridas, resistencias e insurgencias organizadas por los pueblos tradicionales: la cobranza de los pueblos Gamela y Guajajara, secularmente expulsados de sus territorios; pescadores y ribereños víctimas de violencias por la implantación de parques eólicos; descendientes de esclavos y quebraderas de coco expulsados de sus lugares de vida, trabajo y producción; mujeres víctimas de la trata de personas y otras formas de violencia; comunidades destruidas por proyectos de mineración; jóvenes sin estudios y sin trabajo, sufriendo muertes prematuras teniendo sus perspectivas de futuro prejudicadas.
En los debates, concluimos que el actual modelo de desarrollo implantado en nuestro Estado, no beneficia en nada a la gran mayoría de la población. Teniendo índices crecientes de su Producto Interior Bruto (PIB), este «progreso» no trajo mejores condiciones de vida para el pueblo. Continuamos viviendo en un sistema colonial, donde las decisiones sobre nuestro futuro son tomadas por empresas invasoras de nuestros territorios y con formas de explotación de las riquezas naturales, que comprometen en poco tiempo a la Amazonia Legal, sobre todo, afectado por el Proyecto MATOPIBA, programa federal que engloba los Estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahia, amenaza destruir 73 millones de hectáreas del bioma cerrado. Y, todavía, vivimos en un sistema renovado de esclavitud en el que la gente paga una deuda pública que no contrajo.
Promovido por el capitalismo, somos engañados y conducidos a un consumo de cosas supérfulas y descartables, alejándonos de nuestra cultura del alimento saludable, de la vida sencilla y de las relaciones de solidariedad. Nos es impuesto un modelo de vida que no es nuestro. No queremos para la Amazonia un modelo de desarrollo que, en nombre del progreso, mata y disminuye la vida.
Fuimos fortalecidos por las palabras de ánimo, de incentivo a la resistencia y a la acción del papa Francisco en su Carta Encíclica Laudato Sí. El Papa se dirige explicitamente a nuestra región Pan-Amazónica, cuando nos alerta que todavía es hora de reaccionar contra la expoliación dañina de nuestro bioma. «En efecto, hay ‘propuestas de internacionalización de la Amazonia que sólo sirven a los intereses económicos de las corporaciones internacionales’. Es lobable la tarea de organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil que sensibilizan a la población y colaboran de forma crítica, inclusive utilizando legítimos mecanismos de presión, para que cada gobierno cumpla el propio deber no delegable de preservar el medio ambiente y los recursos naturales de su país, sin venderse a espúreos intereses locales o internacionales» (LS 38).
Los gobiernos no están preocupados con el destino de los pueblos que tradicionalmente habitan las tierras marañenses. Servir a los intereses exclusivos de las empresas que vienen de fuera, inclusive de otros países, sin escuchar y tener en consideración las justas reivindicaciones de los pueblos locales, parece estar en la base da su política desarrollista y entregadora.
Ante esa realidad, exigimos:
– Que sean oídos los clamores de los pueblos que hace siglos cultivan las tierras, respetando la biodiversidad y que muestran en sus prácticas que hay alternativas sustentables;
– Que sean discutidos proyectos de desarrollo con los pueblos afectados, mostrando todas las informaciones y los relatorios de impactos socioambientales, mantenidos frecuentemente en secreto, a pesar de la Ley de accesso a la Información;
– Que el gobierno escuche al pueblo más que discursar sobre sus planes y proyectos.Nosotros proponemos:
– Fortalecer la Red Eclesial Pan-Amazônica (Repam), creando un comité regional con representación de las diócesis y articulación Regional Nordeste 5 de la CNBB de las pastorales sociales, con apoyo del secretariado regional de la CNBB Nordeste 5 (NE5);
– Reconocer y fortalecer las luchas locales em los territorios de los diferentes pueblos: indígenas, descendientes de esclavos, sertaneros, pescadores artesanales, geraiceros, quebradoras de coco, entre otros;
– Participar de las manifestaciones sociales en defensa de los derechos de los trabajadores y pueblos;
– Prestar atención especial a las luchas e iniciativas de mujeres como sus manifestaciones, como por ejemplo, en el Día Internacional de la Mujer;
– Asumir el cuidado del medio ambiente en la preservación y denuncia de toda y cualquier violencia que venga a herir y matar los biomas marañenses: Cerrado, Amazonia y Caatinga, con sus riquezas de biodiversidade humana, vegetal y animal en la búsqueda del Bien Vivir;
– Apoyar a las juventudes en sus luchas y reivindicaciones por derechos y futuro digno y a la Pastoral de la Juventud en la lucha contra la reforma de la Enseñanza Media, la realización de la Romería Regional de la Juventud que tiene como tema «Juventud y Ecología» y el rechazo al Proyecto MATOPIBA.Zé Doca, 19 de febrero de 2017
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