Por la decisión de su congregación y por cuanto el fallecimiento fue producto de un hecho delictivo violento, lo que hace imposible según la legislación venezolana una repatriación
A través de un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia lamentó la muerte del sacerdote Diego Bedoya Castrillón, quien apareció sin vida después de un atraco que se presentó en la sede de la comunidad religiosa de Aragua, Venezuela.
Las primeras hipótesis indican que el padre fue asesinado aunque no se han conocido más detalles al respecto y por esa razón la cancillería pidió una investigación de inmediato.
«Desde que se tuvo conocimiento del fallecimiento del connacional perteneciente a la Congregación de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca en Venezuela, el Consulado de Colombia en Valencia solicitó a las autoridades competentes de ese país celeridad en las investigaciones tendientes al esclarecimiento de los hechos y la determinación de los responsables del homicidio».
La Cancillería aseguró que los restos del sacerdote fueron entregados a la Congregación a la que pertenecía ya que el cuerpo no podrá ser repatriado hasta que se investiguen los hechos que condujeron a su muerte.
Este es el comunicado completo
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia lamenta la muerte del sacerdote colombiano Diego Bedoya Castrillón, quien según versiones preliminares fue asesinado en Aragua, Venezuela cuando asaltaron la sede de la comunidad religiosa en la que se encontraba.
Desde que se tuvo conocimiento del fallecimiento del connacional perteneciente a la Congregación de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca en Venezuela, el Consulado de Colombia en Valencia solicitó a las autoridades competentes de ese país celeridad en las investigaciones tendientes al esclarecimiento de los hechos y la determinación de los responsables del homicidio.
Los restos fueron entregados a la Congregación a la que pertenecía por disposición de las autoridades venezolanas, siguiendo los preceptos y normas de la Orden Franciscana, para que fueran enterrados en su sede de la Casa Familiar Candelaria en la ciudad de La Victoria – Estado Aragua, como lo determinaron sus superiores que viajaron desde España para encargarse de su sepelio.
Por la decisión de su congregación y por cuanto el fallecimiento fue producto de un hecho delictivo violento, lo que hace imposible según la legislación venezolana una repatriación o una cremación hasta que el mismo deje de ser objeto de investigación, su cuerpo no pudo ser repatriado, y así se les informó a sus familiares oportunamente.
(RD/Agencias)