Esta visita es una verdadera bendición porque el discurso de Su Santidad, lo que moviliza su papado es la verdad, la justicia y la misericordia valores que son fundamentales para el paso que está dando Colombia hacia la paz y el posconflicto
(C. Doody/Agencias).- La visita de un Papa «amigo» a Colombia reafirmará el «amor» de Dios por el país y servirá para mostrar al mundo que los niveles de violencia que se sufren allí están disminuyendo. Son las opiniones que defienden autoridades de Iglesia y Estado ante el viaje apostólico de este septiembre, en cuyo marco los negociadores de paz buscarán recibir al pontífice con más «avances concretos» ya realizados hacia la realización de una «paz completa».
Por su parte, el nuncio apostólico en Colombia, Ettore Balestrero, ha asegurado que el Papa Francisco, que visitará el país en septiembre, es visto por las multitudes como «un amigo», mientras que Juan Pablo II y Benedicto XVI fueron percibidos como «un padre» y «un profesor», respectivamente.
«San Juan Pablo II convocó a las multitudes, después Benedicto XVI las educó y el Papa Francisco vendrá a Colombia a sacudirlas», manifestó el representante de la Santa Sede.
Balestrero precisó que todos los pontífices tienen los tres atributos, «las multitudes ven en Juan Pablo un padre, en Benedicto un maestro y en el Papa Francisco un amigo».
El nuncio, que participó este miércoles en Bogotá en unas jornadas preparatorias de la visita que Francisco hará a Colombia entre el 6 y el 10 de septiembre próximo, sostuvo que Francisco conoce la idiosincrasia del país y de América Latina.
«El Papa no es comunista, quiere a los pobres y a los ricos», agregó, y subrayó que el objetivo de la Iglesia católica es «disminuir las brechas» entre los que más y los que menos tienen.
Por su parte, el cardenal primado de Colombia, Rubén Salazar, señaló que la construcción de la paz nace en el perdón y en la reconciliación.
«Nuestra historia ha estado marcada por la guerra, en guerra permanente. El mundo vive en la anticultura de la muerte», dijo monseñor Salazar, quien agregó que con su presencia en Colombia, el Papa Francisco reafirmará el «amor» de Dios por este país, en un momento en el que se transita lentamente hacia la paz, luego del acuerdo con las FARC.
Finalmente, el vicepresidente colombiano, Óscar Naranjo, destacó que la visita de Francisco, la tercera de un pontífice al país suramericano, después de la que realizaron Pablo VI en 1968 y Juan Pablo II en 1986, servirá para mostrar al mundo que hay una reducción de la violencia en el país andino.
«Esta visita es una verdadera bendición porque el discurso de Su Santidad, lo que moviliza su papado es la verdad, la justicia y la misericordia valores que son fundamentales para el paso que está dando Colombia hacia la paz y el posconflicto», apuntó el vicepresidente.
El Gobierno revela que busca «avances concretos» hacia un alto el fuego con el ELN antes de que venga Francisco
Por otro lado, el pasado 13 de junio, el Gobierno le informó en Quito a la delegación del ELN su «disposición de iniciar de inmediato el estudio de las condiciones para acordar un eventual cese bilateral al fuego y de hostilidades», según una carta de respuesta a la Iglesia católica colombiana, por parte del negociador de paz del Gobierno en los diálogos con esa guerrilla, Juan Camilo Restrepo.
La semana pasada, en un comunicado firmado por varios prelados, entre ellos Monseñor Rubén Salazar, Cardenal Primado, Luis Augusto Castro, Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali y Óscar Urbina, arzobispo de Villavicencio, urgieron al Gobierno y al Ejército de Liberación Nacional a concertar un cese bilateral de fuegos y hostilidades y «dar el primer paso», con motivo de la visita del Papa Francisco a Colombia en el mes de septiembre.
«Permítanme señalar entonces, que coincide su carta exactamente con el momento que se vive en la Mesa de Quito. Ese mismo día, el pasado martes 13 de junio, el Gobierno le informó a la delegación del ELN la disposición de iniciar de inmediato el estudio de las condiciones para acordar un eventual cese bilateral al fuego y de hostilidades», precisa Juan Camilo Restrepo en su misiva.
Agrega que «la visita apostólica del Santo Padre Su Santidad Francisco a Colombia, en septiembre, nos compromete a recibirlo con avances concretos que respondan a los anhelos de una paz completa. Esa es la tarea que nos ocupa actualmente en la Mesa y debemos decir que el ELN le ha manifestado al Gobierno que realizará consultas sobre esta propuesta».
Acota el negociador del Gobierno que el llamado de los obispos a la Mesa de Diálogos en Quito, «llega en un momento oportuno, no sólo porque entendemos que la prioridad para los colombianos de las zonas afectadas es que cese este conflicto con el ELN, en especial las acciones contra la población civil; sino porque es una decisión del gobierno en cabeza del Presidente de la República persistir en la consolidación de una paz estable y duradera».
Restrepo subraya que el Gobierno comparte plenamente «la visión de que un eventual y pronto cese al fuego con el ELN, tiene que ir indisolublemente asociado a un cese de hostilidades contra la población civil: La visión del cese al fuego y de hostilidades que debe acordarse con el ELN no es solamente un alto al fuego».
Añade que «detener los combates entre la Fuerza Pública y la insurgencia es significativo, pero lo es aún más el cese de hostilidades contra las personas y los bienes civiles. De allí que para el Gobierno es imperativo que cesen el secuestro, la extorsión y la toma de rehenes, pero también el reclutamiento de menores; y los ataques a la infraestructura y a los oleoductos, que son bienes protegidos por el Derecho Internacional Humanitario».
Finalmente, el Jefe negociador del gobierno, advierte que no tiene sentido «que se silencien los fusiles si al mismo tiempo no se suspenden hostilidades. El cese al fuego debe ir acompañado de un desescalamiento de agresiones contra la población civil, que, al crear confianza, prepare estas conversaciones para arribar al estadio final de las mismas que no es otro que ponerle fin al conflicto armado, erradicar la violencia de la política; ubicando en el centro el tratamiento de la situación de las víctimas; y avanzar hacia la reconciliación mediante la activa participación de la sociedad civil en la construcción de la paz estable y duradera, tal como reza en el Acuerdo de Diálogos para la Paz de Colombia de marzo de 2016″.