Es precisamente el impacto perjudicial en los pobres y vulnerables el que hace inaceptable tal como está redactado este borrador del Senado
(Cameron Doody).- Una propuesta que ocasionaría un «daño preocupante» a millones de estadounidenses. Que haría «estragos en los hogares pobres» y que dejaría sin ninguna protección «a las personas en las periferias de nuestro sistema sanitario», como los inmigrantes. Los obispos católicos de EEUU han arremetido así contra la nueva ley de salud pública de Donald Trump: un plan, que, a su juicio, en absoluto puede ser apoyado.
Nada más ver la luz el borrador de la nueva ley de sanidad pública de Donald Trump que se debatirá en el Senado, la Conferencia Episcopal de los EEUU (USCCB) emitió un comunicado en el que cargó contra la propuesta del presidente afirmando que, si se llegara a aprobar, «causaría un daño preocupante a los seres humanos servidos por la red de seguridad social».
«Un sistema sanitario aceptable proporciona un acceso para todos, independientemente de sus recursos», reza la nota de los prelados estadounidenses, firmada por el presidente de su Comité sobre la Justicia Doméstica y el Desarrollo Humano, monseñor Frank J. Dewane. «Tal sistema debe proteger a los derechos de la conciencia, así como extenderse a las familias inmigrantes». Medidas ambas que, a juicio de Dewane, no se dan en la nueva propuesta, si bien los obispos agradecen en la misma su fuerte lenguaje anti-aborto.
Más bien, escribe el obispo de Venice, en Florida, el nuevo «Trumpcare» podría «hacer estragos en los hogares pobres y las comunidades de pocos recursos, y no debe ser apoyado». Es más, el nuevo proyecto de ley «no impulsa esta nación hacia el objetivo» apoyado desde hace años por la USCCB «de mejorar el acceso efectivo de los inmigrantes en el sistema sanitario». Como tampoco establece «protecciones de conciencia para los que trabajan en el sistema sanitario»: protecciones por las que han presionado mucho los obispos de EEUU y «que hacen falta ahora más que nunca en la política sanitaria de nuestro país».
«Ya debe hacerse claro que esta propuesta retiene a muchos de los defectos fundamentales de la legislación aprobada en la Cámara de Representantes, y incluso los agrava», declara Dewane en el comunicado, refiriéndose a otro proyecto que ya ha recibido el visto bueno del Congreso. «Es precisamente el impacto perjudicial en los pobres y vulnerables el que hace inaceptable tal como está redactado este borrador del Senado». Ahora toca a los legisladores, aconseja el obispo de Venice, hacer los cambios necesarios para que «las personas en las periferias de nuestro sistema sanitario» estén protegidas.