Recordó la figura del mártir salvadoreño Monseñor Óscar Arnulfo Romero, como un punto de referencia para la Iglesia centroamericana en materia de profetismo en los tiempos contemporáneos
(Israel González Espinoza, corresponsal en Nicaragua).- El obispo auxiliar de Managua, el carmelita descalzo Silvio José Báez Ortega explicó la importancia del profetismo como pilar angular de la labor evangelizadora de la Iglesia en el mundo actual, durante una conferencia realizada en una universidad privada de la capital nicaragüense en ocasión del día de Santo Tomás Moro, patrono de los políticos católicos.
Durante la conferencia de Báez, titulada «Justicia social en los profetas bíblicos», estuvieron presentes diversas personalidades del mundo académico, social, periodistas y políticos de diversas tendencias que abarcaban desde el liberalismo hasta la socialdemocracia. Dicho evento fue organizado por la comunidad católica «Redeptoris Hominis», que coordina el sacerdote Silvio Fonseca, vicario de Familia, Familia, Vida e Infancia del Arzobispado de Managua.
El obispo Báez manifestó que personalmente a él le da miedo una Iglesia que no tiene profetas para denunciar las situaciones de injusticia que vive la humanidad, al mismo tiempo recordó la figura del mártir salvadoreño Monseñor Óscar Arnulfo Romero, como un punto de referencia para la Iglesia centroamericana en materia de profetismo en los tiempos contemporáneos.
«Yo le tengo miedo a una Iglesia que no tiene profetas, pero pobre de quienes el Señor llama a ser profetas dentro de la Iglesia, porque los profetas son inoportunos, son incómodos, también dentro de la iglesia«, explicó Monseñor Báez, quién retomando el ejemplo de Romero, recordó que el arzobispo salvadoreño mártir fue incomprendido por sus hermanos en el Episcopado, por el régimen de seguridad nacional que gobernaba El Salvador y por las fuerzas irregulares de izquierda que buscaban derrocar a la dictadura militar.
«Todo profeta está llamado a desenmascarar la injusticia disfrazada. El sacerdote de hoy o es profeta o no es nada«, expresó el obispo Silvio Báez, quién recordó haber enfatizado en la importancia del profetismo en la labor sacerdotal actual durante un reciente retiro que ofreció recientemente a los sacerdotes de la Arquidiócesis de Ciudad de Guatemala.
Así mismo, destacó el hecho que los profetas no nacen de revanchismos, ni ideologías personales, sino de una profunda espiritualidad que sabe escuchar la voz de Dios en medio del ruido del mundo y el poder de los poderosos que muchas veces logra ahogar el grito de indiferencia, exclusión, rechazo y marginación que sufren los pobres de la tierra.
«Los profetas son promotores de humanidad, voz de justicia. Los profetas no quedan encerrados en sí mismos: ¡Hablan! Una Iglesia sin profetas es una Iglesia acomodada. Lamentablemente en la Iglesia hay un escaso interés por el profetismo», compartió el obispo Silvio José Báez.
Báez señaló que existen tres modos para reconocer cómo denunciaban los profetas del pueblo bíblico de Israel las injusticias de su tiempo, y manifestó que ellas también son válidas para reconocer los atropellos denunciados por los profetas de hoy: La inoperancia del sistema legislativo (cuando la administración de justicia se parcializa en favor de los poderosos), El sistema religioso (cuando la religión se vuelve un sistema ritualista para tapar las injusticias sociales) y La persecución a los profetas (cuando se vuelven elementos peligrosos para el poder establecido).
Al finalizar la conferencia, y cuestionado por Religión Digital si la Iglesia nicaragüense se había acomodado en algún momento, manifestó que a Jesucristo le da miedo una Iglesia que no camine de la mano con los pobres y excluidos, que se convierte en una organización de pugnas por el poder y no en servidora de los demás.
«Yo no le tengo miedo a una Iglesia acomodada. A Jesús es el que le da miedo que su Iglesia sea acomodada. Este es un temor que está en el Evangelio. Y por eso la está continuamente la frase. Entre ustedes no sea así. No sean falsos profetas. Por sus frutos los conocerán. En el mundo se domina y se explota a los demás, entre ustedes no sea así…» indicó el Báez Ortega.
Consultado sobre la apatía general que vive el país ante la deriva autoritaria que está teniendo el gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, el obispo auxiliar de Managua manifestó preocupación y compartió que es un reto para la Iglesia nicaragüense acoger el profetismo como parte de la acción pastoral.
«Es un reto para nosotros como pastores, actuar como actuaban los profetas de Israel. No sólo denunciando el mal sino también educando las conciencias y tocando el corazón. Promoviendo valores porque de lo que se trata no es simplemente de protestar, criticar, denunciar sino que hay que incidir en modo eficaz en la transformación de la sociedad«, exteriorizó el obispo Silvio José Báez.
El también miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua evito ahondar en el debate sobre si la Iglesia dirá algo con respecto a las elecciones municipales que se llevarán a cabo en noviembre de 2017, en el cual se renovarán los alcaldes, vice-alcaldes y concejales de los 153 municipios de Nicaragua.
Desde el año 2008, los comicios electorales en Nicaragua han sido marcados bajo el signo de la opacidad, ya que la oposición política y diversos sectores de la sociedad han manifestado que el órgano rector de las elecciones sirve como un apéndice político para favorecer al partido del ex líder de izquierda Daniel Ortega, Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en poder desde 2007.
«Bueno yo lo veo… me imagino que como lo ven ustedes (los periodistas) ¡No lo veo! No veo ni proceso, ni condiciones ni candidatos, así que me parece inútil estar hablando de algo que yo lo veo inexistente y además para mí esto es lo más grave: inútil. El problema de Nicaragua no es de elecciones, el problema de Nicaragua es sanación de raíz de un sistema que está enfermo«, explicó Báez Ortega.