Francisco no pudo ver los verdaderos efectos de las terribles inundaciones y los huaicos (aludes) que causaron en este barrio de 30.000 habitantes unos 3.000 damnificados y colapsaron 500 casas
(J. Bastante).- …y el Papa volvió a Buenos Aires. A varios miles de kilómetros de su hogar, Francisco se sintió como en casa visitando a los habitantes de este barrio de Trujillo, uno de los más pobres y devastados por ‘El Niño’. Bergoglio quiso acompañar a los damnificados por el desastre, que dejó 136 muertos, centenares de casas destrozadas y una rotunda desolación.
Un año después de la catástrofe, apenas nada ha cambiado. Sí en la ruta que recorrió Francisco, cuya reconstrucción ha sido acelerada en las últimas semanas. Pero Francisco no pudo ver los verdaderos efectos de las terribles inundaciones y los huaicos (aludes) que causaron en este barrio de 30.000 habitantes unos 3.000 damnificados y colapsaron 500 casas. Bastaba mirar un poco más allá del gentío para atisbar casas derruidas, barro por el suelo, o casas con paredes de cartón.
En su calles estrechas Francisco circuló entre las vallas siempre de pie y sin dejar de saludar y bendecir a la población afectada, mientras se interpretaron cánticos en una de las plazas y a lo largo del recorrido pudieron verse 60 caballos de raza «de paso peruano».
El Santo Padre recorrió las avenidas del barrio, saludando a unos y otros, para llegar finalmente a la Plaza de Armas, donde se encontró con algunos de los damnificados y mostrarles un apoyo que, desgraciadamente, no siempre ha llevado la Presidencia de Perú.
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— Agencia Andina (@Agencia_Andina) 20 de enero de 2018
«A ustedes les tocó enfrentar el duro golpe del «Niño costero», cuyas consecuencias dolorosas todavía están presentes en tantas familias, especialmente aquellas que todavía no pudieron reconstruir sus hogares. También por esto quise estar y rezar aquí con ustedes», dijo el Papa en la misa. En su encuentro con los afectados, éstos le mostraron su alegría por la venida, pero también las críticas a la fallida reconstrucción de la zona. Un joven, emocionado, le coloco un ‘chullo’ (un gorro típico) al Papa en la cabeza.
Ya en la plaza de Armas, el Papa se detuvo a almorzar y descansar, antes de retomar esta noche los actos, con una visita a la catedral, un encuentro con sacerdotes, religiosos y seminaristas y una celebración mariana en honor de la Viren de la Puerta, antes de regresar a Lima.