La violencia, las extorsiones y la existencia de redes políticas y económicas ilícitas fortalecen la impunidad y sostienen la corrupción
(J. Bastante/Agencias).- Los obispos guatemaltecos han denunciado la «falta de rumbo» de los organismos del Estado en un país que vive «bajo la dictadura de la corrupción». En un durísimo comunicado, la plenaria del Episcopado de Guatemala mostraron sus «preocupaciones» sobre la realidad del país, donde ha aumentado «la desconfianza y el descontento» hacia los tres poderes del Estado.
En su nota, titulada «Queremos ser testigos de la verdad», los obispos apuntan que la credibilidad de la política guatemalteca «ha disminuido enormemente, la desconfianza y desencanto hacia él han aumentado»
Los obispos son muy críticos con el poder político, pero también con el legislativo y el judicial. Así, constatan que «el Congreso de la República sigue su carrera hacia el abismo», mientras que «el organismo judicial no está a la altura de lo que debe ser».
En cuanto al Ejecutivo, el mensaje subraya su «incompetencia para dirigir el país» y denuncia cómo no toma ninguna decisión «para resolver los problemas crónicos de la población guatemalteca en temas como la atención en la salud y la desnutrición crónica infantil, en la educación formal, en la infraestructura vial, en las reformas al sistema penitenciario, en la lucha contra el crimen organizado y el tráfico de drogas, personas y armas».
«Nos preocupa el aumento del empobrecimiento de la mayoría de la población, el flujo migratorio hacia el Norte de América, el aumento de las deportaciones de nuestros paisanos, la problemática agraria», añaden los obispos, que advierten ante «la violencia, las extorsiones y la existencia de redes políticas y económicas ilícitas que fortalecen la impunidad y sostienen la corrupción».
A su vez, muestran su desconcierto ante «la falta de cohesión y articulación de los sectores sociales, empresariales, académicos y religiosos para levantar al país del profundo agujero en el que ha caído», y por «la indiferencia de muchos cristianos» que «cierran los ojos» delante de los más pobres.
«Urgimos y exhortamos a todos los guatemaltecos, hombres y mujeres, a unir y coordinar esfuerzos para lograr un país que viva la solidaridad en la verdad y en la realización eficaz del Bien Común», culmina el comunicado, que añade cómo «todos, como ciudadanos y cristianos, debemos cumplir con nuestra propia responsabilidad» para «hacer que en nuestro país la voluntad de Jesús se cumpla».