"El primer desafío de la juventud brasileña es sobrevivir y evitar la muerte"

Davi da Silva: «El Sínodo revela el cariño y deseo del Papa de oír a la juventud»

"La figura del Papa Francisco es una figura profundamente próxima, que nos motiva"

Davi da Silva: "El Sínodo revela el cariño y deseo del Papa de oír a la juventud"
Davi Rodrigues, presidente Pastoral de la Juventud de Brasil

No estamos felices ante esos ataques llenos de prejuicios que sufrimos, pero por otro lado, nos sentimos seguros desde el Evangelio y la comunión con el Papa

(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).- Davi Rodrigues da Silva, Secretario Nacional de la Pastoral de la Juventud de Brasil, es uno de los cerca de 300 jóvenes que se han reunido de 19 a 24 de marzo en Roma para participar del Pre-Sínodo de la Juventud.

En esta entrevista, el joven brasileño aborda cuestiones relacionadas con el mundo juvenil, diciendo que «el primer desafío que la juventud brasileña vive es el de sobrevivir. La juventud de Brasil es diariamente exterminada, la juventud en Brasil es la franja etaria, el grupo social que es más asesinado». Ante eso el católico debe «ser un joven esperanzado».

Después de encontrarse con el Papa Francisco en la reunión preparatoria del Sínodo que ha tenido lugar en el Vaticano, afirma que «la figura del Papa Francisco es una figura profundamente próxima, que nos motiva, que nos alegra a ser una juventud osada y capaz de hacer esa opción por los marginados y de reconocer en ellos la semilla del Reino».

¿Qué significa para tí ser joven dentro de la Iglesia Católica?

Ser joven es un desafío, ser joven brasileño, ser joven latinoamericano es un desafío. El primer desafío que la juventud brasileña vive es el de sobrevivir. La juventud de Brasil es diariamente exterminada, la juventud en Brasil es la franja etaria, el grupo social que es más asesinado. Ser joven en Brasil tiene ese desafío, en primer lugar.

Ser joven católico, en ese contexto de exterminio de la juventud, de perdida de derechos, de destrucción social, política, económica por la que el país pasa, es ser un joven esperanzado, capaz de percibir en la juventud, en sus iguales, a partir del Evangelio, una posible relación de transformación social, de cambio de esa situación de exterminio, de vida nueva. Ser joven católico es ser un joven esperanzado, un joven que también lucha, que necesita alcanzar y construir su espacio dentro del mundo eclesial, de las comunidades. Ser joven es un desafío de decir que existe, de ser sujeto, protagonista y autor de sus procesos también dentro de la Iglesia.

Como joven que eres, ¿te sientes acogido por esa Iglesia, sientes que la Iglesia tiene en cuenta, escucha aquello que los jóvenes dicen, la opinión de los jóvenes?

Hablar de Iglesia es hablar de un universo extremamente plural. No podría hablar sino desde el lugar donde estoy, que es la Pastoral de la Juventud, que es Iglesia organizada, y que es Iglesia joven, somos Iglesia joven. Y ese es un espacio de la Iglesia de Brasil que nosotros construimos a partir del protagonismo y de la vida de la propia juventud. Los anhelos, las angustias, las alegrías del mundo juvenil, son los anhelos, las alegrías, las angustias de la Iglesia joven de Brasil.

¿Qué es lo que el Sínodo de la Juventud, convocado para el mes de octubre, puede representar en la vida de los jóvenes de Brasil, en los jóvenes de la Pastoral de la Juventud?

Nuestra esperanza para el Sínodo es profunda, en el sentido de que la elección del Sínodo con el tema Juventud, es una elección personal del Papa Francisco. Eso revela para nosotros ese cariño y ese deseo que él tiene de oír a la juventud. el Papa convocó a jóvenes de todo el mundo, jóvenes católicos, de otras Iglesias, de otras religiones, ateos. Es signo de un Papa, de una Iglesia abierta a oír a la juventud.

Espero que el Sínodo de la Juventud pueda traer una novedad, que es la novedad de ser con la juventud. La Iglesia latinoamericana tiene, de forma muy especial en los documentos de Puebla y sobre todo de Medellín, la opción preferencial por la juventud. Desde hace un buen tiempo, los obispos latinoamericanos y del Caribe reconocen en la juventud un campo rico teológico y que es necesario estar con la juventud. El Papa Francisco, como latinoamericano que es, reconoce y trae ese debate para la esfera mundial. Para nosotros, nos deja profundamente feliz esa relación que él viene estableciendo con la juventud.

El Papa Francisco ha insistido mucho de cara al Sínodo en el tiempo de preparación. Los jóvenes de Brasil, ¿se han implicado en ese trabajo?

Se implicado profundamente. El modelo de escucha que el Papa, que la Iglesia católica promovió fue a través de dos mecanismos. En un primer momento, a través de un formulario de preguntas elaboras que fueron entregadas a los jóvenes de las diócesis de todo el mundo. Los jóvenes de todo Brasil, implicados en sus comunidades en las pastorales de la juventud, en sus parroquias tuvieron la oportunidad de contribuir a través de ese documento, también a través de internet. Él abre esa posibilidad de que cualquier persona, sobre todo los jóvenes, puedan a través de internet compartir y hablar.

¿Qué ha significado participar del Encuentro de Preparación para el Sínodo?

De Brasil hemos participado cinco jóvenes. He participado como representante de la Pastoral de la Juventud y el encuentro ha sido un momento oportuno para llevar las contribuciones y reflexiones de los más de 45 años de caminada de la Pastoral de la Juventud en Brasil. La temática del Sínodo, titulada «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», especificada en el documento preparatorio, aborda aspectos presentes en la Pastoral da Juventud recientemente. Desde la Ampliada Nacional de Crato, en enero de 2017, se habla sobre la temática de las «Galileas Juveniles» como aspecto a destacar, reflexionando sobre las diferentes realidades juveniles a partir de la memoria teológica del lugar bíblico de Galileia, como lugar privilegiado de encuentro con el Maestro, como lugares de los sufrimientos y explotaciones juveniles. Es el lugar para el cual somos vocacionados, o sea, llamados a estar, para allí descubrir cada vez más discípulos misioneros, anunciadores de un mundo de justicia y fraternidad.

En el pasado mes de enero, tuvo lugar el 12º Encuentro Nacional da Pastoral da Juventud, ¿cuáles fueron los puntos más significativos que aparecieron?

El primer punto más significativo del Encuentro, valga la redundancia, es encontrarse. En un contexto de individualidad, de polaridad, el encuentro y el diálogo es vital. Haber tenido la oportunidad, en cuanto Pastoral de la Juventud, de estar más de 500 jóvenes de todo Brasil reunidos en el estado de Acre, es una actitud profética en un tiempo de profunda confusión y división.

Más allá de eso, las riquezas que ese encuentro y ese diálogo nos trajo fue pensar en una sociedad del Bien Vivir. Fue reflexionar sobre el contexto social, político, estructural, nacional, y decir que las respuestas, viven en una utopía evangélica, en una utopía del Reino, e que necesitamos trascender los debates superficiales, que vienen siendo una pauta no constructiva en nuestra sociedad y ser signo de esperanza propositiva de un mundo mejor, de una relación mejor.

Tambien quiero destacar del Encuentro Nacional, el lanzamiento de la Campaña de enfrentamiento a los ciclos de violencia contra las mujeres. Esa es una de las prioridades de la Pastoral de la Juventud para los próximos años y, de forma organizada y efectiva, la Pastoral de la Juventud lanza esa campaña para desafiarse y pensar en el papel de la mujer en la Iglesia, en la posibilidad de una lectura feminista de la Biblia, la posibilidad de, a partir del ser Igreja, del ser Evangelio, combatir esa sociedad patriarcal, machista, separatista, que infelizmente determina la vida de muchas jóvenes mujeres en Brasil.

En ese punto, la propuesta de la Campaña está en perfecta armonía con las colocaciones que aparecen en el material de preparación para las reuniones pre-sinodales, donde se abordan las variantes geográficas y culturales que existen en el mundo. El documento nos habla de la diferencia de género y origen de las formas de dominación de las que toda la sociedad tiene necesidad de liberarse y, también, al hablar de los contextos de injusticia social resalta que para las jóvenes mujeres esos obstáculos son normalmente más arduos de superar.

Esa visión es rechazada muchas veces desde dentro de la propia Iglesia por quienes se dicen católicos, gente que forma parte de grupos ultra conservadores, y que de hecho han atacado duramente a la Pastoral de la Juventud por tener esas posturas. ¿Cómo reaccionar ante esas actitudes de intolerancia?

De hecho, el contexto de la intolerancia, infelizmente, aparece en la Iglesia católica en un contexto real del que la Pastoral de la Juventud también es víctima. Nos consuela el Evangelio cuando afirma, felices los perseguidos por causa del Reino, felices los perseguidos por cuenta de ese proyecto de amor. A partir del Evangelio, nos sentimos profundamente seguros, pero también a partir del Papa Francisco que es quien provoca a ser una Iglesia en salida, a ser una Iglesia implicada. Y que dice que es preferible que es preferible una Iglesia atacada, embarrada, hospital de campaña que una Iglesia encerrada, conservadora, miedosa, ante esos contextos. No estamos felices ante esos ataques llenos de prejuicios que sufrimos, pero por otro lado, nos sentimos seguros desde el Evangelio y la comunión con el Papa.

En el encuentro se habló sobre el Bien Vivir, una dimensión que ha sido rechazada por el mundo capitalista. El Papa Francisco, en su visita a la Amazonia, en Puerto Maldonado, valorizó y apostó por ese modo de vida. ¿Sentís ahí el apoyo del Papa Francisco?

Para nosotros, la figura del Papa Francisco es la de un pastor próximo, con el olor de la juventud brasileña, con el olor de esas ovejas. Uno de esos ataques de grupos conservadores, uno de los puntos supuestamente problemáticos, desde su punto de vista, era de hecho la relación con los pueblos indígenas y la aceptación, el reconocimiento de ese paradigma en los pueblos tradicionales latino-americanos, diciendo que fue un encuentro donde había indígenas y que ellos tenían voz y podían hablar da su espiritualidad, de su modo de ver el mundo, de su cosmovisión, que ese no es un pensamiento de origen católico.

La respuesta vino, pocos días después, en los gestos profundamente sensibles y humildes del Papa, hablando de respto a las culturas, hablando de admiración y de cuanto tenemos que convertirnos y aprender con esos pueblos. Para nosotros, como he podido comprobar en el encuentro que hemos tenido con él, la figura del Papa Francisco es una figura profundamente próxima, que nos motiva, que nos alegra a ser una juventud osada y capaz de hacer esa opción por los marginados y de reconocer en ellos la semilla del Reino.

Uno de los grandes pecados de la Iglesia, que o Papa Francisco denuncia constantemente, es el clericalismo. ¿Ese es un problema que afecta especialmente a la juventud?

El clericalismo, como pecado, afecta profundamente a la vida de la juventud, afecta a la posibilidad de ser una Iglesia de sujetos autónomos, cristianos de hecho implicados y responsables por la construcción de coyunturas, pero de forma más amplia en la construcción del Reino de Dios.

El clericalismo es una constante, y también, junto con el clericalismo, la juventud sufre con un cierto prejuicio etario. El clericalismo y esa relación de poder, se da también por cuenta de la edad. Sufrimos también con esas relaciones de poder instituidas, no sólo por el clero, sino por aquellos que de alguna forma están en los espacios de organización, de poder que no consiguen reconocer en la juventud el potencial de diálogo que existe en ella.

Hablábamos de las periferias y es sabido que quienes más sufren hoy en Brasil son los jóvenes de las periferias. ¿Tiene que ver con eso la poca presencia de la Iglesia en las periferias para que ese sufrimiento aumente?

Creo que esa pregunta es extremamente compleja, percibir el movimiento de la Iglesia en relación con las periferias pienso que depende también de una profunda mirada histórica, reflexiva y crítica de los movimientos que la Iglesia de Brasil y de América Latina acabaron por hacer opción y también están haciendo constantemente. Pero yo diría que hay sujetos en las periferias implicados, hay sujetos en las periferias dispuestos a construir relaciones y yo pienso que debemos pedir constantemente que el Espíritu de Dios nos convenza y nos convierta a la opción preferencial por los pobres.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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