Es un ataque hiriente a los inmigrantes, nuestra cultura de frontera acogedora y nuestros valores compartidos como estadounidenses
(Cameron Doody).- «Una acción sin sentido y una desgracia para la administración». Así ha calificado la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de mandar tropas a la frontera con México el arzobispo de San Antonio, Gustavo García-Siller, quien además ha opinado que las nuevas medidas de supuesta protección fronteriza demuestran «represión, miedo, una percepción que todos son enemigos y un mensaje muy claro: no nos importa nadie más». «Este no es el espíritu americano», ha denunciado el prelado.
Mientras el arzobispo García-Siller plasmaba estos sentimientos en su cuenta de Twitter, la Comisión de Migración de la diócesis de El Paso también criticó el nuevo plan de Trump, considerándolo «moralmente irresponsable y peligrosamente ineficaz», según lo recogido por el National Catholic Reporter.
Los responsables de dicha Comisión -el obispo Mark Seitz incluido- condenaron además la decisión del mandatario republicano de enviar entre dos mil y cuatro mil soldados a la frontera hasta que se construya el prometido muro como «un ataque hiriente a los inmigrantes, a nuestra cultura de frontera acogedora y anuestros valores compartidos como estadounidenses»: una decisión que puede traer «consecuencias morales y humanas dolorosas».
En declaraciones al NCR, Dylan Corbett -director fundador del Hope Border Institute y uno de los firmantes del comunicado de la diócesis de El Paso- apuntó que con la decisión de Trump los EEUU estará «desplegando tropas literalmente contra madres y niños y personas huyendo de una violencia entre las peores del mundo, y esto es simplemente moralmente perverso«.
Este experto asimismo calificó la nueva política del presidente como «una estrategia para parar a la gente, para parar a la inmigración legal», ya que las estadísticas indican que el número de personas que intentan cruzar la frontera de forma ‘irregular’ está en su nivel más bajo desde al menos el año 2000, o posiblemente incluso desde la década de los 70.
«Están intentando parar a los más vulnerables de los vulnerables», sentenció Corbett, con lo que la decisión de Trump es «un ataque al valor católico de la solidaridad».