El arzobispo emérito de Antofagasta, investigado por cobrar tres pensiones

La Iglesia chilena destapa sus demonios de corrupción y abusos a menores

Tras el 'caso Karadima', Roma reabre el juicio canónico al cura O'Reilly

La Iglesia chilena destapa sus demonios de corrupción y abusos a menores
Crisis en la Iglesia chilena Agencias

Uno de los sacerdotes que verán al Papa: "Yo fui uno de los 64 testimonios del Informe Scicluna y quiero ayudar al Papa. Creo que será un testimonio de ayuda y de bondad que él sepa todo lo que ocurrió"

(Jesús Bastante/Agencias).- La Iglesia chilena sacude todas sus alfombras después del encuentro de los obispos con el Papa. Con todo el Episcopado dimitido, afloran nuevos casos de corrupción y abusos, que Roma y la justicia civil quieren investigar.

Uno de los más sonoros es el del arzobispo emérito de Antofagasta, Pablo Lizama, investigado por los carabineros por haber recibido una pensión por tres vías: como coronel de Carabineros; como profesor de este cuerpo; y como general brigada del Ejército. En total, 4,9 millones de pesos mensuales.

Según la investigación, más de 300 personas reciben dobles pensiones, por una suma de 196 millones de pesos en conceptos de reliquidación de pensiones de retiro y montepíos. De ellos, fueorn identificados diez, entre ellos Lizama, quien fuera obispo castrense entre 1994 y 2004, y arzobispo de Antofagasta desde ese año y hasta 2016, algo prohibido por ley.

 

 

Otro de los escándalos históricos de la Iglesia deChile es el del sacerdote John O’Reilly, quien en noviembre cumplirá los cuatro años de sentencia civil por abusos sexuales contra menores. Ahora, Doctrina de la Fe ha decidido reabrir el caso por la vía canónica, encargando al sacerdote español Jaime Ortiz de Lazcano reunir toda la documentación para remitirla a Roma.

Ortiz de Lazcano ya se ha puesto en contacto con el abogado de las dos alumnas del colegio Cumbres, víctimas de los abusos del religioso, y en los próximos días terminará con el trabajo para remitirlo a la Santa Sede.

«La familia hizo una serie de consultas bastante extensas, tanto al Arzobispado de Santiago como a las autoridades de la Congregación en Roma. Durante estos años se enviaron una serie de cartas dirigidas a monseñor (Ricardo) Ezzati y la Congregación, probablemente una de esas comunicaciones surgió efecto esperado», explicó el abogado de las víctimas, quien agregó que lo que más llama la atención de la familia es el tiempo transcurrido para retomar el juicio canónico: «No sabemos por qué se hace tan tarde y lo interesante es descubrir por qué no se continuó con este procedimiento, quién ordenó archivarlo; porque no hay ninguna razón para que haya estado cuatro años archivado».

 

 

A estos datos se sumaría la indagatoria previa que hizo, en 2013, el sacerdote Marcelo Gidi, y otros que podría sumar el padre Ortiz, ya que antes de enviar la información a Roma, deberá reunir testimonios, y otros documentos que sirvan para desarrollar el juicio canónico. Ya que de acuerdo a lo que señaló el abogado, a la familia se le aseguró que el proceso se desarrollará en el Vaticano.

Finalmente, La Tercera pudo hablar con uno de los cinco sacerdotes que la próxima semana acudirán al Vaticano para encontrarse con el Papa, dentro de las reuniones que Francisco quiere mantener con todas las víctimas de Fernando Karadima. Así, el religioso, que pidió ocultar su identidad, señaló que «yo fui uno de los 64 testimonios del Informe Scicluna y quiero ayudar al Papa. Creo que será un testimonio de ayuda y de bondad que él sepa todo lo que ocurrió«.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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